martes, 2 de agosto de 2011

Cierre o Ruptura

Mi cierre o ruptura se debió a que me involucré emocionalmente con alguien q NO CONOZCO y, lo poco que sé de ella, contradice el escrúpulo de mis gustos. Por eso me cerré, para no involucrarme con nadie más, pues, creí q eso iba a llevarme a un lado y a otro lado, de manera q me cerré a otras personas, porque soy excluyente, emocionalmente monocuco, y creí que ella (quien fuere) tenía lo q quiero, y yo me equivoqué. En cuanto a ti, eso no tuvo que ver personalmente contigo. No eras tú esa persona, y me pareció injusto que dejara que algo pasara, aunque -lo que pasaba- se confundió con lo que, repentinamente, comenzó a pasar, con alguien que sólo leía. Tú estabas antes, pero a ella la veía como más cerca, estando lejos, pero más cercana al estado económico y geográfico en que vivo y, aunque nunca nos vimos (creo no nos veremos) racionalmente me pareció indebido "asar dos pollos a la vez", en caso que estuviera cocinando 2 cosas distintas y, como te digo, me gusta sólo una: Una mujer a la vez.

No soy el carajito de 20 que no discernía el mal que hacía al pretender “el amor” de una o de otra y, lo que buscaba en ese entonces, era auto-gratificación -no del ego- (porque nunca me gustó engañar) (ni engañarme) (o que jugaran al engaño conmigo) sino por gratificación en la cama (deseo usar la palabras apropiada, pero no puedo violar el límite impuesto x "la moral" ajena y no llamar a las cosas x lo que son).

Así que, sin quererlo, percibí yo estaba en medio de dos cosas: 1) que si eras, serías (tú) y 2) Otra que no sabía qué era, o sería. En ambos casos ¡Me equivoqué!

Lo cierto es que corté que lo sano. Me debo a un solo querer o experiencia y, ambos casos son muy distantes, diferentes. Tú serías la mejor opción (pero yo no) (para nadie) y estoy luchando con algunos prejuicios de belleza, pendejos valores arraigados en mi juventud y, visceralmente, sigo respondiendo a estímulos visuales, sensuales y hedonistas...

Aprendí que puedo querer a una chica de 80 Kgs., que el valor de su cuerpo no está en la belleza de su rostro, sino en el alma; pero no puedo negarme al compromiso que tengo con mis ojos, con mi lealtad y mis vísceras: Si no me gusta, no me gusta.

Sé que no sería -YO- el mismo al pasar el tiempo, pero ¡pardiez! EMOCIONALMENTE LA AMÉ (contrariamente a mis pendejos gustos); pero me dio una lección. No puedo entregarme a un compromiso emocional si no es tangible, real, personal. Puede tener un cuerpo “exquisito”, pero los rivales –también- tienen ojos y viscerales deseos ¿Qué competencia puedo ser?

Muchas cosas hoy no tengo, vivo día a día y, ella –quien quiera sea- tiene que tener con mucho de mí. Caso contrario, sería otro error y, la última vez que me equivoqué, comprometí 13 años de mi vida. Tengo hijos, pero no son míos. Tengo un pasado, y a veces me visita ¿quién vive en un lecho con sus fantasmas? ¡Soy yo! Quien se ilumina con velas…

No hay comentarios: