sábado, 29 de septiembre de 2012

Una pregunta, demasiado larga.


Respuestas al test de una ex amiga:

v  Esto que estoy haciendo, ¿Me define como persona?

Tal vez no! Pero “río que suena, piedras trae”… Algo viene con lo que se hace.
v  Vamos a preguntarnos cosas, ¿vale?
¡Dale!
v  Has diseñado tu vida de tal forma que ¿Has llegado dónde estás?
Nada diseño... Vivo el hoy y sueño un mañana… Irrealista-mente!
v  De las cosas que haces, ¿Cuál es aquella que define tus valores?
Las que practico. No las que hablo o sueño. Lo que hago es lo que cuenta y me define.
v  ¿Eres de los que buscas la perfección o de los que se aceptan con sus defectos?
Aceptar “lo que soy” no significa que no soy perfectible y falible… Abandonarme a MIS DEFECTOS es terminarme de hundir, aceptar que no hice más y, como tú lo sugieres, me suena a conformidad ¿Eres conformista tú? ¿Aceptas TODO lo que venga a tu vida? Bueno sería no proyectar LO QUE SOMOS, lo que hacemos pero, en medio de todo “lo malo” (lo bueno) la aceptación no implica derrotismo, abandono, sino la aceptación de que somos perfectibles, dentro de lo falibles que somos y, a falta de ayuda externa (extrema) (siempre llega alguien a nuestras vidas) uno puede continuar ese viaje de auto-reconocimiento y autocorrección. Me “acepto” porque convivo conmigo. Me “aceptan” con distintos niveles de tolerancia, pero, si no los modificamos o dosificamos ¿Puedo ir al cirujano para quitarme una tonelada de kilos, ponerme una prótesis dental o viril? ¿Embellecer mi cara? (o afearla) ¡Qué sé yo!
Cada persona tiene sus complejos. Los míos los conozco, los modelo, los escondo o los niego; pero “aceptándolos” para perfeccionarlos en una forma de erradicación. ¿Es mala la perfección que todo el mundo ALABA? De serlo ¿Por qué la cirugía estética, las prótesis para mujeres y hombres? ¿Los Gyms y subir montañas? ¡Oh! ¡La educación y otros niveles del Status! (por cierto, importan)
v  ¿Tu vida amerita que mientas sobre ella?
La verdad siempre se descubre y, antes del ABSOLUTO ridículo de las mentiras, mejor es dar la cara, dejarse ver EN PÚBLICO (dejarse aceptar o rechazar). Trato ser yo, dentro y fuera del sitio. Ejemplo: “Me llamo Antonio Toro. Vivo en Ccs (y en Aragua) y, quien quiera acercarse, puede hacerlo por aquí o buscarme o llamarme (menos es las noches, porque –a veces- duermo tranquilo) y, algunas veces, hasta me llaman en “malos momentos” (¡Uff! Varias veces me la has hecho). Si hay preguntas, habrá respuestas (no todas) (no soy delator, traicionero ni hipócrita).
v  ¿Eres producto de tu educación o de tu experiencia? Si por político respondes ambas, entonces: ¿Eres feliz?
¡Hmm!
¿La felicidad está en mi educación y en mi experiencia de vida?
 ¡No entiendo la pregunta! ¿La repite, por favor?
¡Ah! No soy feliz. ¿Solución? ¿Más escuela, más experiencia…? En la otra vida. Pero no depende de NADA, sino de lo que uno cree que la felicidad es y sea. No es de lo que se tenga, no es de quienes tengas… Sino de cómo UNO se da a su vida: Volcándose a ella (o a él).
v  ¿Has vivido de tal forma que -para conquistar a alguien- debes decir cosas de ti que no son ciertas?
Eso pasa en la adolescencia o cuando somos inseguros (o irresponsables) ¿Mentir a los 51? Yo, como debías saber, lo digo: Soy pobre, soy un enano siniestro y calvo… (¿Pero puedo agregar la lista de cosas que ahora imaginas?).
v  ¿Eres un velero o una lancha con motor?
Soy un velero, un barco a la deriva.
No tengo tickets a la venta y estoy a punto de hundirme… (las ratas ya salieron por la cubierta).
v  ¿Haces cosas que ameriten que sean ocultas?
¡Sí! Traiciono públicamente a quienes dijeron eran mis amigos. ¿Me oculto y corro?
v  ¿Eres de los que te escondes o de los que da la cara?
¡Dímelo tú! Mi cara, mi telf. mis nombres, mis blogs están en la internet.
Dime tú si mi cara puede ser más pública y mi verdad más evidente. ¿Pongo la otra, mejilla?
No sé porque esa parcialidad… ¡No importa!  Ya no seré un hombre (gran vaina).
v  ¿Cuán lejos o cerca estas de tu ideal?
Lejos, lejos… Pero no importa.
v  ¿Mientes sobre ti o sobre los demás?
¡No! Pero mi nombre es Pinocho… ¿Dejé de mentir –algún día- en ese cuento?
v  Si estuvieras seguro que no te descubrirían ¿Harías aquello que está prohibido?
¿Qué está “prohibido” Dra? ¿Amar? Proclamar la verdad, mi dolor, que hice algo bien y me salió algo mal.
¿Crees que no sé lo que hago y lo que hice? Ser yo. Ser tú… ¿Prohibiciones? ¿Encubrimientos?
No quiero hacer las cosas mal y, si lo hago, responsable soy.
v  ¿Eres capaz de decir públicamente todos tus errores? ¿Hasta los más oscuros?
¡Okey! ¿Dónde está el confesionario público? No quiero a ningún cura ¡Tráeme a esa mujer! Me confesaré…
Pondré mis manos, en el suelo, cerca de sus zapatos, no tanto para humillarme, sino para que no me vuelva a patear. ¿Está bien engañar a alguien? ¿No la he perdonado?
¡La volvería a amar! Pero NO DESEO QUE ELLA VUELVA. No deseo que se me acerque, pues, no cambiará de un día a otro. Puede enmendar lo que hizo, pero me lo hizo dos veces y, diciendo que no me haría daño, lo hizo dos veces ¡Dos veces le confié mi corazón! Dos veces le creí (yo no sirvo para ella) (y yo no tengo lo que anhela) (su vida es ajena a la mía) ¿Confieso más?
¡Tráemela! Pónmela cerca, déjame tomarle de los pies (para que no vuelva a patearme) (para decirle lo que no le dije).
v  ¿Vives o te viven?
Sobrevivo. Eso me basta.
v  Cuando celas ¿Te das cuenta lo humillante que es cuidar a alguien de que no se te vaya?
¡No cuido a nadie! Sólo cuido de mí. Allá cada quien. Soy responsable de lo mío, no de lo ajeno.
v  Cuando golpeas a una mujer o la maltratas verbalmente ¿Eres capaz de asumirte delincuente?
¡Sí! Soy un criminal por denunciar mi pena y publicar mi duelo (fue una buena terapia de “grupo”).
v  Estas claro que si respondiste que siempre das la cara y luego respondiste que no dirías tus defectos públicamente ¿Eres hipócrita?
Ya di la cara… Es el turno de alguien más (de ti nada espero).
v  ¿Eres de las personas que dejan o eres de los que dejas personas?
Normalmente la separación era de mutuo consentimiento. Esta vez, una nueva lección –ya se ve- me siento dejado. Era predecible. Pero me enamoré burda. ¡Je! ¡Je! (lo mejor que me ha pasado en 25 años).
v  ¿Te quedaste sol@ en la vida?
¿He muerto, acaso? Si la vida termina HOY, entonces, ¡Si, me jodí! ¿Me levanto?
v  ¿Eres de los que por momentos eres la peor versión de ti mismo?
Puedo serlo, si quiero; pero no quiero.
v  De tus valores, ¿Cuál de ellos te hace feliz, verdaderamente feliz, rotundamente feliz?
¡Amar! (y contrariando tu msj de texto, dependo de alguien más)
¡No puedo amar sin una mujer! Rotundamente feliz… pero estoy de luto: He muerto.
v  ¿Eres tú o eres lo que piensas de ti?
(Por respuesta, encojo de hombros)
v  ¿Cuán incongruente eres? ¿Vives de acuerdo a lo que promueves en los demás?
¡Uff! Diga Ud... Acá doy la cara. Me identifiqué. Allá el resto de su auditorio.
v  Eres de los que tu vida es un asco ¿Pero te la pasas aconsejando a los demás como resolver sus problemas?
¡Apesto!
Prometo no dar consejos ni intentaré ayudar a nadie más (primero yo y segundo yo).
v  Tu vida... ¿Merece ser contada?
Pero la escribo. Léanla o no. La escribí… Tal vez sirva para limpiar vómitos ajenos (los míos).
v  ¿Eres de los que siempre quiere mejorar su forma de ser?
¡Sí! Pero dirás que no (no importa calificar o descalificar).
v  ¿Te das cuenta de que si dices que aceptas tus defectos y después contestaste que siempre quieres mejorar, eres un hipócrita?
¿Ves? ¿Dije que los acepto por CONFORMISMO? (Lea Dra). Los “acepto” para reconocerlos, confesar admitirlos y cambiarlos pero no para “mejorarlos” y seguir igual. Pero, según Ud., no puedo aceptar para cambiar y “como no puedo cambiar” (nada) pues, soy un infeliz hipócrita… ¿Me puedo ir a casa? ¡Tengo miedo! (Mamáaaaa).
v  Si tu vida merece ser contada ¿También merece ser leída?
Me agrada perder el tiempo: Escribiendo y leyendo (de ti o de mí).
Hoy no tengo con quien salir, no me preocupan mis hijos (tienen una buena mamá, que es papá a la vez) (sus vidas no están conmigo) (yo no estoy con la de nadie).
Puedo escribir, puedo leer. ¿No violo las leyes con este otro delito?
v  Cuando conquistas a una mujer ¿Le dices claramente que quieres sexo y después amor? ¿O les mientes?
Hace años dejé de pensar sólo en sexo.
He comprendido que el amor, si es tal cosa –como no me imaginaba- para mí ya no existe. Iré a las prostitutas o buscaré a Manuela (menos complicado).
v  Cuando conquistas a un hombre ¿Le dices claramente que te acostarás con él para que te ame, o le mientes?
NO APLICO PARA DARTE ESA RESPUESTA.   ¡Dalas tú, Dra!   (¡Zaaape!)
v  Tú estás consciente de que ¿La autoestima depende -en gran parte- de cómo te miren los demás?
¡ Véanme muy mal ! (o peor) Ya esta Dra me tiene con su camisa de fuerza.
v  Le confiesas a tus hijos que en realidad no fueron deseados ¿O matas la culpa sobre protegiéndolos?
Yo dije mi verdad a los míos.
Hace tiempo estuviste en desacuerdo… (no me importará lo que digas hoy,  nuevamente).
v  En tu mundo ¿Eres héroe o villano?
El payaso  (sólo para “reforzar” mi autoestima).

v  Piénsalo bien: ¿Eres de los que aman por lo que son o de los que viven cambiando para lograr que los amen?
¡Lée lo del payaso! Pero, para que lo sepas, siempre saco a la luz mi cara de payaso. Soy  y  trato de ser el mismo (aunque ya nadie ría).
v  ¿Eres clavo o martillo?
Arcilla (por lo versátil o moldeable). Madera, pero no la del martillo que me aplastó otro sueño. ¡Me equivoqué! (aun así, podría amarla).
v  Siendo honesto ¿Te escondes de tu necesidad de mentir?
¿Hay alguna piedra grande -por aquí- donde pueda esconderme?
¡No miren a mi cara!  He sido débil: Me enamoré y no sirvo para amarla.
v  ¿Te conformas con que te amen?
Un suspiro por respuesta.
v  ¿Tus padres saben –claramente- que no los soportas?
¡Sí! Ella lo sabe (mi madre). Yo lo sé. Y no nos mentimos. ¿Satisfecha?
v  ¿Eres de los fieles a ti mismo o de los fieles a los demás?
Otro suspirito (alzando las manos, juntas)…  ¿Falta mucho o seguimos otro día?
v  Cuando te dices a ti mismo que eres correcto ¿Entiendes que eso es imposible o prefieres mentirte a ti mismo?
He dicho que soy Pinocho… ¡con madera!
v  ¿Eres de los que envidian o de los que le envidian?
Soy “envidiable”… ¡Ja! ¡Ja!
v  Cuando amas ¿Eres mejor persona o pierdes tu personalidad?
¡La perdí! No la tenía… ¡Ja ¡Ja!
La mayoría de las personas, cuando están auténticamente enamoradas, -satisfechas- comienzan a dar más y lo mejor de sí (por ese sentimiento y esa persona).
¡Si! ¡Fui mejor! (de hecho descubrí –por ella- cuán bueno era) (hasta que me pasó lo que me pasó) pero no soy el mejor y puedo aceptarlo. Lo que aprendo no me lo guardo ¡a nadie le interesa! (pero que ella lo sepa: Odia lo malo y ama al ofensor).
v  ¿Tienes miedo?
Ya no. Hace años sí.
v  Cuando te rompen el corazón ¿Aprendes o repites?
Trato de no repetir… Es como en la escuela. Además, sería vergonzoso repetir  de grado, no tanto x la risa de los que creímos amigos o compañeros, sino que –las maestras y sus tareas- serían muy parecidas, quizá humillantes, quizá reconocidamente aburridas y, repetir un grado o SER QUEBRADO por una sola materia (repitiendo todo un año) no es una buena escuela ni una buena lección… ¡Estoy aprendiendo! ¿Aprendes, bien tú? ¡Qué bien!  (soltamos amarras).
v  ¿Cuánto temor tienes a quedarte sol@?
Estoy aterrado… Me hago rodear de buhonero en Petare para no confesar que estoy solo. He pensado irme a la Gran Sabana, pero mi soledad –igual- me acompaña en Aragua, en Ccs, en mis blogs o en mis sueños… ¿Será que estoy dormido y no despierto a mis pesadillas?
v  Cuando desconfías de todo el mundo, ¿Estas claro que tú no eres un ser confiable?
¡Sí! Por eso nunca publico mi foto. Escondo mi cuerpo por temor al rechazo. Temo represalias por mi autocompasión, mi desconfianza y ¡Bueno! ¡Pobre de mí! Necesito otra muleta, otro disfraz… Mi mascarada, mis payasadas, no sirven para nada.
v  Aquí entre nos ¿Ella se cree el cuento de que no eres eyaculador precoz, sino que le deseabas demasiado?
¡Oh! ¡Me descubriste! ¡Qué pesar! Buscaré una prótesis y ayuda clínica (nunca contigo) Atacas a la “virilidad” ajena, la “feminidad” masculina, pero no das tu cara (y no te reto). ¡Tienes razón! No se nos para…
Somos un mundo hipócrita y de enfermos. Me he rebajado, me he devaluado: De “viril” Pinocho a Pinocchio Gaio. ¡Vaya Gallo!
v  ¿Cuán inocente eres? Y si no lo eres, ¿Cuán culpable eres?
Juzga tú, condéname. (Ya diste tu fallo) ¿Darás la cara? (violaste un código de ética). ¿Me disminuyes? (lo hice sólo yo) ¿Te aplaudes?
v  Tú estas clar@ que el relativismo sólo te hace parecer cult@ e inteligente pero, en realidad, eres cobarde para tomar posturas?
Responde tú. Yo me confesé, me excomulgué... ¡Toca a ti!
v  Si has contestado que tu vida merece ser contada y leída ¿Porque demonios no la escribes con final feliz?
Puedes responder si quieres y no quieres…
Los finales felices son pocos (lo sabes) (y sabes que yo sé uno de tus cuentos)
Pero, como sabemos, la historia poco puede re-escribirse, salvo en nuestras idealizaciones o fantasías. ¿Dónde está tu final feliz? ¿Dónde el mío?
Dudo hayan leído hasta el final (es un largo cuestionario) (siempre me gustaron los tests) ¿Era un test de inteligencia? ¡Raspado! (omito esa palabra, o atacan mi retaguardia)
¿Era de conocimientos? ¡Desaprobado!
Un día, amiga, tú, yo –TODOS- RESPONDEREMOS  a estas y más preguntas (el corazón de lo que hacemos no está aquí)
Parte de los resultados quedan asentados, pero –la calificación- ciertamente no viene de nadie, de ningún SEMEJANTE…
v  ¿Qué enseñas primero? ¿Las tetas o el corazón?
NO TENGO TETAS… Creo me agrada mostrar el corazón.
¿Qué muestras tú cerebrito?
Esas pruebas sicológicas, el sondeo del alma… Luego atacas ¡Hazlo! Estoy desarmado (lo hiciste antes, lo harás después) (eso, también, es criminal) ¿Lo entendías? Estás violando un código… (yo, también, puedo hacer lo mismo). No crees a nada (No leerás: Huirás) (ya lo hiciste).
v  Tu vida, ¿Hará de este mundo un lugar mejor o sólo estás aquí consumiendo recursos mientras mueres?
¡No lo sé! Por lo general no me preocupa eso, mientras no sea un parásito (ni me parasiten) y, en relación a los recursos, pues, cada vez que puedo compro mi comida, pago lo que puedo comer y, como no dependo de lujos, mi vida es bastante simple. Lo que consumo en exceso, quizá sea el aire (oxígeno) y contribuyo con la capa de ozono, causando descargas eléctricas y, en cuanto al oxígeno, tengo mil metros de tierra que lo producen… Más de allí, no parasito sobre nadie (nadie lo hace conmigo) y, cada vez que puedo, contribuyo con una que otra persona, sin que ello me sea una carga o molestia. No veo la vida como tú la vez. Y si el dueño de mi vida, de los recursos, de la tierra (DIOS) ¡no me ha sacado! Tal vez yo sirva de algo, por insignificante que te parezca.
v  Si la prostitución es venderse por dinero… ¿Qué es entonces estar con alguien sólo porque no tienes dinero?
A) Tal vez sea lástima.
B) Autocompasión compartida.
C) Un favor que me hacen… ¡No sé! Tú tienes las respuestas y todas las preguntas  (ni de vaina gastaría otra moneda por tí).
¿Se compra el amor? ¿Debe pagar –todo- siempre el hombre? (Aquí, entre nos, he oído opiniones encontradas).
Más simple es la mujer alquilada, o la fiel “Manuela” (uno no tendría que pagar los gastos de hijos ajenos, etc.)
¡Interesante, Dra! Yo no sabía que, los que estuvimos casados (alguna vez) comprábamos los servicios de una mujer… No sólo era la esposa, sino una cachifa sexual.
¿Estuvo casada, alguna vez? ¡No me diga! (Mi mamá, también, se alquiló).
v  ¿Estudias para ser alguien en la vida o para dejar de ser nadie en la vida?
Ja! Ja! ¡Dios! Qué bueno cursé el primer grado… Si no termino la primaria, el bachillerato o la universidad, seré nadie toda la vida: “¡Hola! ¡Mucho gusto! Mi nombre es NADIE” y ¿El estudio es lo que marca la diferencia entre ser ALGUIEN y no ser NADIE?”  (creí que sólo era el dinero).
¡Ah! Soy otro NADIE, otro pobre en un planeta de pobres.
(lindo sistema de valores) (qué bueno a tus tratantes no les sales con eso).
v  ¿Vale la pena hacerse preguntas?
Tú lo sabes todo. ¡Dínoslo tú!
v  ¿Me voy?
Go away! Las maletas están hechas… ¿O no?
v  Si te digo: “Hasta mañana, feliz noche” ¿Cómo estás seguro que tú o yo despertaremos al otro día?
¡No lo sabes? Tampoco yo… ¿Qué diferencia habría? ¿Te querrán más o menos en la ausencia que nos hace renuentes?  ¿Vamos o venimos? ¡Todos nos morimos!  (lo sabes, mejor que yo).
v  Si dejo de preguntar ¿Te dejarás de responder?
¡Ja! ¡Ja! ¿Te dejarás de enojar, fosforito?
¿Dejarás de preguntarte qué te enoja tanto?  (¿Serás tú o seré yo?)
v  ¡Buenas noches!  ¿Seguro?
¡Ja! ¡Ja! Seguro nada. Sólo que me voy, que muero cuando no quiero ¡pero moriré ! ¿Tú no? Mis temores son otros.
Ejemplo: Suponiendo fuera millonario (y esa es otra forma de NO SER NADIE) ¿Cómo sabría quién es mi amigo? ¿Quién me quiere por ser YO? ¿Quién se acerca a mí por el dinero y NO POR QUIEN YO HE SIDO? Preguntas como esas son las que me hago…
Sé de gente que no sabe si realmente la quieren por ser QUIÉN ES, sino por lo que hacen (o creen hacer) (por el status -o el renombre- de su profesión u oficio).
Sé de gente que, vive pobremente como rica.
Sé de otros quienes, aunque tuvieron fama o dinero, se suicidaron por descubrir que no eran amadas por ser quiénes eran, sino por lo que presumían ser (y no eran). ¿Ejemplos? David Carradine, gente del mundo de la farándula y otro ejemplo -menos modesto- una chica heredera de la empresa SAMSUNG electronics (esa se ahorcó con el cable del teléfono) o uno de los dueños de la TETRAPAK, que se dio un tiro. ¿Qué era su escala de valores? ¿Qué les definía? (y no los critico) (yo les honro) ¡Y NO QUIERO SER ESA CLASE DE HÉROE!  ¡Ja! ¡Ja! (he conocido muchas historias de “héroes”) (y un par de veces quise ser el héroe de un final “mejor”, para lo que consideré ya no sería vida).
(¡Anótala, Dra!  Es otra confesión pública, y no es ser hipócrita).
Ser “alguien”, tener algo (como un buen nombre) no es NADA. Y mucha gente, en este mundo, vive en la simplicidad que no queremos afrontar y superar.
He visto gente -más de lo que imaginé ver- cuestionándose tanto, planeando un mañana que no verán, sólo posponiendo la verdad: Tenemos alas, pero no para volar y, al hacerlo, las alas no llevan nada debajo, en esas depiladas axilas... Horacio Quiroga, mi tía, más y más, lo confirman. El vacío MUNDIAL es de no amar o no ser amados, tal como somos o estemos.
v  Si me voy ¿Realmente me fui?
¡Buen viaje!

A.T.  Doce (12) págs con 3.350 palabras.

viernes, 28 de septiembre de 2012

¿Te perdono?


Pero ello no disminuye lo que hiciste
ni se pierde mi afecto, en el efecto...

Conste, no te llevé a un hotel, no sólo por dinero
sino que deseaba estar seguro de ti...

Vuela! Vuela!

La verdad, que tanto dices te duele,
es semejante a la mía.

Hoy, lo puedo decir tranquilo: Te amé (no me arrepiento, y moriré)
Excepto en esas cosas en que discrepamos, que no coincidimos,
pues, aunque dices ser libre, no lo eres...

¡Puedes serlo! (no todavía).
Como tampoco puedo ser YO, libre de ti, hasta que cese la visita de imágenes vivas.



¡Oye! Me entregué - a tí- como a nadie, confié en ti,
y tú, dispersa en los afectos de otros... (que no diré que sean malos) (que no diré sean fieles)

¡Quédate sólo con uno! (Hazlo por ti, por uno de ellos).

Tranquila, nunca podría ser yo: Soy " el que perdió y no entendí ".

Me mandaste lejos " te doy asco ",  sólo por decir la verdad que me dolió.

Te voy olvidando...  (Olvidándome de mí).

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Amigo


Largamente, por varias décadas, he visto la importancia de la amistad. En primer lugar, declaro, no soy ni he sido buen amigo, con nadie ni conmigo y, a esta edad, donde comienzo la decadencia física y mental, tal reconocimiento no es gran cosa (pudo enmendarse muchas cosas antes). Quien es buen amigo, no se divorcia, no roba, no miente, no hiere, no mata y tampoco se deja hacer daño, ni física ni mentalmente.
Recurrentemente, inconsciente o no, al sentirnos heridos, corremos a los brazos consoladores de algo o de alguien. 


Si alguno tiene una mamá o papa consentidor, un amigo o amiga especial y consecuente ¡aquí! tendrá un gran bien; pero, quienes no lo tengan -de forma física o presencial- hallarán refugio en la religión: Un papá o mamá en el cielo. Un Dios, o “santo” o una virgen (“naturalmente” santa) ¡Eso es una forma de sublimar la realidad y, no lo critico –yo la practico- y me parece un subterfugio sano (a falta de alguien a tu lado, para ese honor).


Hay momentos en que uno lo hacía por instinto, de forma automática ¡Ah! Y, de tal necesidad, los libros de “autoayuda” han nacido: Necesitamos soluciones y, la ayuda, debe buscarse, debe ser hallada, como sea.
Puede que no le paremos bola –a Dios- mientras estemos felizmente con alguien de este mundo. Puede que no llamamos a los amigos, a las amigas, mientras estemos felizmente con nuestros trabajos, nuestras relaciones u ocupaciones pero, cuando llueve “nos acordamos de Sta Bárbara” (así decía mi abuela) (y no creo en esa clase de santos ni santas) (pero sí hay un mundo espiritual que trabaja a nuestro favor) (si operamos bajo sanos y santos principios) (¡Ah! Hay otro género de persona que “trabaja” en la dimensión satánica. Yo no tengo parte en esas “artes”).

Cuando siento que mi mundo se desmorona, que todo el rancho se me ha caído “Dios ayúdame”. ¿Son tan buen amigo? ¿Lo busco sólo cuando truena? ¿En mi necesidad y, sobre todo, a mi conveniencia?

Esa vieja lección de “Ama a Dios por sobre todas las cosas” (y a tu prójimo COMO A TI MISMO) es una buena manera de balancear la vida. No tanto para no poner nuestra confianza en LO HUMANO, sino para asirnos de lo eterno, lo invariable y, a la vez, en el pilar del amor del que estamos hechos y para el cual fuimos hechos: Si YO no me amo ¿en qué condiciones puedo amar a otras y otros? Hay un contrasentido pero, si NO ME AMO, no puedo tener un amor proporcional por nadie. Si no amo ni respeto la imagen o concepto divino, Su omnisciencia y asuntos morales por ese estilo, NO PUEDO AMAR, a nadie, en el mejor y más pleno sentido: Seré tan superficial en mi relación con el mundo espiritual como lo soy en lo moral de lo divino.

A veces, hoy es esa madrugada, desperté pensando (3 y algo am). Vinieron recuerdos –no sé escribirlos rápido- y aquella canción de “You´ve got a friend” me ha hecho sonreír, la película de “The Ultimate Gift” me regocija o la de “Un sueño posible” (con Sandra Bullock) son retratos de instantes que me inspiran al remedio reparador: ¡Si hay amigos y sí podemos ser amigos! (y los que dejé fuera quedan afuera) (bueno, no soy tan mierda).

Nada que pase, nada que se reciba, vine por azar. Muchas veces, lo que vemos o vivimos, es consecuencia directa de lo que hacemos o hicieron otros (incluso hasta por medio de la oración) (y es un aspecto que descuidamos).

Podría estar horas narrando un par de cosas. Podría decir y confesar “me equivoqué aquí, fallé allá” pero, más importante, es que YO dejé de ser amigo, no tanto con los que están aquí, abajo, sino con el que mi amigo verdadero.

Uno dice “me fallaron” y, pocas veces admite: Fallé yo, primero.

En la juventud, cuando niños, solíamos decir: “No me quieres”. Era uno de nuestros trucos para ganar la atención de papá, de mamá, ¡de quien fuera! (y eso no está mal) (hasta el perro Pedrozo se esmera en que yo lo note y le dé un cariño, así sea con los zapatos). Sin embargo, esa atención es egótica, egocéntrica y, en nada es altruista, dadivosa, sino egoísta (muchas veces).

Cuando no ve dentro de sí, con humildad, uno puede ver cuánto ha recibido y LO POCO que ha dado y, cuando uno admite la riqueza de cosas que ha tenido que ha recibido y NO HA COMPARTIDO, quizá se diga: ¿Qué haré con todo esto? ¿Para qué lo almaceno y a dónde me lo llevo?

Entiendo algo, no sé qué opinen pero, la amistad verdadera, la manejable, sólo necesita de 3 o 4 personas. En mi caso, yo soy muy distinto (me importaba sólo una) pero, lo posible, lo operativamente viable, es que uno profundice sus vínculos con esas pocas.

Ejemplo.

No sé mucho de la vida ajena y sólo apelo a lo escrito pero, cuando leo algo de Jesucristo, dentro de Su amistad con los 12 discípulos, sé que se “encompinchó” solamente con Juan, Santiago y Pedro, de los apóstoles. Ellos, solamente, vieron cosas –sucedieron cosas- que el resto de ese grupo no advirtieron (entre esas “intimidades”, el momento de la TRANSFIGURACIÓN de Jesucristo).

Si leo de Janis Joplin, quienes la conocieron o retazos de sus confidencias, igual nos dicen: “Estuve sola”. Una de sus confesiones (que me conmueve y hasta me duele) dijo: “Puedo cantar y hacer el amor con 30.000 personas y volver a casa sola). ¡Coño! Eso es triste, pero el incomprendido es incomprendido.
Uno puede amar, ser un incomprendido y, de algún modo y de muchas formas, admitir que otros son, también, son incomprendidos. Uno puede intentar ser amigo y –por cosas de la vida- dejar de serlo ¡hasta por indiferencia! ¿No han visto cómo son los perros? (un gato no es igual).

Un perro puede acercarse, demostrarte el movimiento de su cola, el batir de su alma. Puede sobreponerse a un par de sus perrunas aprensiones y, hasta lamerte la mano y, si le desechas –si no le paras- irá a lamerle el alma a quien le reciba y, si somos así de amigos –en la tierra- ¿cómo será nuestra alma? (seca y estéril).
¡Soy un perro! (y en muchas formas) y ¿Quién no ha aullado triste como lobo? ¿Quién no ha aprendido el valor de la amistad y concedido los permisos de olerse y reconocerse –de narices- en esos clanes o grupos? (hablo como perro).

Esa canción, de Carol King –You´ve got a friend- debiera ser transcrita en el alma (es un buen patrón o un ejemplo) las películas que cité arriba (2), cuando pueda, haré que las entiendan mis hijos, mis hijas: Les hará falta (les haré falta):
“When you´re down, and troubled, and you need someone who cares…” (you´ve got a friend).

Por otro lado, no he de olvidar, que la relación con la tierra tiene que ver con el cielo: Si no soy amigo de Dios no sé ser amigo de nadie. Si lo PRINCIPAL no me importa, lo secundario tendrá menos importancia...
Eso ha de ser la premisa, lo que me reste de vida.

A.T.             Sept. 26, 2012

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lo que ella me dio…


Sé que debo una respuesta a mi duelo.

Mi opinión, o interpretación de los hechos, es nada a lo que pasó (o pudo pasar).
Sin mirarla, aún puedo verla pasear a sus perros, atrás, por el estacionamiento.
Sin tocarla, sin tenerla al frente, puedo revivir esos momentos –ahora fugaces- de lo que eran horas, en su grata compañía.

Hoy, sin necesidad de su consentimiento, puedo oírla cantar un par de melodías (“Solamente tú” y “Corre”). Su voz, que no era el tono que me agrada, puede decirme cosas que no dijo y, ahora, me las dice (las repite) como si fueran sólo para mí…

(“Solamente tú” y “Corre” son cantadas para “alguien”… No sólo para mí, pero puedo imaginar lo que quiera, aun cuando duela o enamore).

¿Qué me dio?

Me dio algo que, como dije al gran amor de mi vida (MP): “Resucitó (despertó) algo que creí muerto…” (o insepulto). Ella me movió LA VIDA y, desde hace 25 años no sabía, no sentía, lo que redescubrí (pero era una relación con mis afectos) (era un enamoramiento con mis sentimientos) ¡Qué sé yo la verdad de LO SUYO?

Encontré, a través de esa interacción, muchas cosas. Descubrí –me tropecé- con el YO que soy y el que había encerrado, cautivado… ¡No era yo! (siendo YO).

Esa mujer me hizo sentir que mi vida estaba unida y dependiente del estar con ella. Todo yo cambió, me involucré –tanto- que mis ojos evitaban ver otras mujeres, otras piernitas, y mire que –a ella- no la vi como un objeto (no la toqué como a una cosa) sino como a esa parte de mí que no sabía si tenía o si era mía (pero dispersa).

Me dio horas, me dio días y, aunque NO ERAN COMO HUBIERA DESEADO, fueron los que ella dispuso y, SIN PEDIRLOS, me los dio. ¿Cómo ponderar o “valorar” lo que no puede preciarse con un valor, con un precio: Yo era feliz (y más con ella) (pese a nuestras MUCHAS diferencias).

Me enamoró, me sedujo. Ella sabía lo que hacía y, de mi parte, no sabía –bien- lo que pasaba (hasta que comprendí y me retiré) (por mi bien) (y el suyo, también).

Me abrió a una vida a la que me había negado.

Sus manos, sus pies, sus ojos, las pecas de su espalda, sus axilas, sus brazos, la sensación de sus piernas (en mis manos) palparon cosas que no viví antes. Tocar su vientre, ver su ombligo, su delgadez… Era como retroceder a mi adolescencia (y pude verla como era ella, con los ojos en el pasado).

No era un beso lo que buscaba.

No era tocarla o gozarla: Yo me entregué en profundo amor y admiración (ella lo supo, ella lo vió).
Me dio más de lo que pude dar con helados, refrescos, mi tiempo o mi vida (Repito: Viví gracias a esos encuentros) (Yo estaba como muerto).

¡La primera vez! (omitiré algo que la delató, muchas veces).

Fuera de ello, era como viajar en el túnel del tiempo (no aseguro lo que ella decía, salvo lo que me hizo sentir) ¡Volé a mi pasado! (Me sentí mejor que con MP).

¡En fin!

No reciclaré lo que sé ha pasado (puedo encerrarlo en ese baúl y encadenarlo, y no permitir que me suceda –dos veces- con la misma mujer).
¿Qué me dio?
Dándome “poco” fue un catalizador (muchos de mis versos –los más sentidos de este período- salieron de lo que me sentido POR ELLA).

¿Qué me dio?

Una decepción, un dolor (que no es único) pero que yo no dejaré que nadie sienta por mí: No dejaré que nadie me permita enamorarme, y menos si esa persona tomará una decisión que me excluya, luego que dice “cosas” que parecen decir un “Te Amo”.

Me dio tanto, me dio lo único que YO SABÍA TENÍA (pero no era mío) (y eso es lo que me basta). Por fortuna, siempre me dijo: “No quiero herirte” y, si lo hizo –dos veces- fue porque yo seguí tras sus pasos, tras sus ideas o insinuaciones ¡Yo la acepté! Yo la quise y SÉ QUE LA AMÉ. ¿Tenía algo más? ¿Tuve algo mejor? (hoy nada sé).

Puedo ver esas fotos (puedo borrarlas o romperlas, también) ¿Cambiará algo mi vida? ¿La olvidaré? ¿Reduciré los hechos?

¡No fue sólo un beso! (fue algo más hermoso) (aunque la compare a Franchesca, la mujer de la película “Los Puentes de Madison”, con Meryl Streep y Clint Eastwood).

Ella, para mí, tuve la sensación de que no debía dejarla y, comprendiendo QUE NO TENGO LO QUE QUIERE, me hice un favor, dejándola ir (se iría, de cualquier modo) (yo también).

Por otro lado, en lo espiritual (lo moral me importa poco) (aunque no hicimos nada amoral o censurable) esa oportunidad de tenerla cerca me dio una gran lección y, aunque creo en Dios, hoy le guardo rencor: ¿Cuánto debo vivir para entender o dejar de creer? (tengo una querella personal con mis creencias: O creo o dejo de creer).

Así que, un beso –comparativamente- ni el tesoro de mis vivencias redescubiertas, son nada en relación al amor que compartí CONMIGO MISMO a expensas de la existencia de ella. Si tiempo, las horas conversadas, el tiempo de vernos, juntarnos, palparnos, etc., quedan como un hito en mi vida (lo que hice –yo- en ella -¡pues!- es patrimonio de sus emociones, sus vivencias ¡que las atesore ella! (como yo atesoro sus fotos, sus palabras… Y esas cosas que no sé, ni debo decir).

¿La amé?  ¡Sí!

¡Más que a lo que tengo –hoy- por vida!

Y si en mí estuviera el poder decidir: “Hasta aquí llego” (ya lo he pensado) (y es mi rencilla contra Dios) ¡Me largaría con todo LO QUE ME DIO!

Y de la vida me despido (pero no muero cuando quiero, sino cuando no quiero).

¿Para qué vivir? Si lo que se cree tener no es mío o, por defecto, a quien se quiere dar, no tiene interés genuino para recibirlo (No era sexo: Era amor).

¡Me dio tanto!  Quitándome nada.

(Excepto lo que yo sé) (Y un no sé qué que –todavía- podría extrañar, y no es amor).
¡Puedo verla! (y no me ve ni sé si soy visto)

Puedo leerla (ya sin interés) y “lo que me escribió” (no fue para mí: No puso mi nombre) (escribe para tantos) (no creo un par de sus mentiras, ni en su falso amor).

¡Qué importa! (no es amor) (pero a amé).

¡Me dio tanto!   Dejándome en nada.

A.T.          Sept 12, 2012