martes, 15 de mayo de 2012

No quiero seguir.




Tengo días tratando de escribir algo. Normalmente, cuando pienso, tengo la lucidez suficiente para entenderme, para traducir cada palabras de mis emociones, y comprendo perfectamente qué es cada cosa que viva en mí, lo que pase en mí, porque he dejado de ser hipócrita (al menos conmigo mismo).

Llevaba interrumpidas horas con extemporáneas interiorizaciones, viajes internos a ese analizar y comprender -humano- que me es propio y de cada quién; en este mundo de interioridad que, difícilmente asomamos a otros y, si “milagrosamente” llegamos a sacarlo, resultamos decepcionados, pues, si a pocos importa, nadie lo entiende (salvo uno) (prisionero de este carapacho de carne y hueso) ¡Con la excepción de Dios! (¡Claro!) (Soy uno de Sus accidentes) ¡Ja! ¡Ja!

En esos gratos momentos de lúcida introspección, esos que -por ventura- Dios y nuestras vidas nos han otorgado como supremo privilegio del yo, me quejaba. Pensaba para mí mismo: “¿De qué me sirve ésto? He dejado de ser, en muchos aspectos, el viejo hombre, ese que Paulo Saulo tipifica en sus cartas; he dejado de ser lo vil o lo despreciable que pudiera ser (para mí o cualquier ser) ¿Qué ganancia tenía?”

Muy abajo, casi en lo visceral de mi mente, me preguntaba: “¿Qué gano con mi integridad? ¡Para qué algún intento de mejorar la rectitud? (y estoy consciente de que, si hallo un billete de 100 Bs en la calle, no miraré hacia los lados, para buscar a quién se la halla caído) (aunque, estos días, en una panadería, a una desconocida se le cayeron 50 Bs y, junto con otro, le advertí recogerlo).

¡Me daban ganas de llorar!

Le decía, yo, a Dios: “¿En qué me estoy convirtiendo?... Si esta es la vida que consigo ¿Para qué quiero vivir una eternidad?”. (Este presente debería ser la antesala de ese futuro: No luego).

Por otro lado, meditaba: “¿Cómo puedo hablar de un Dios vivo, un Dios que oye nuestras peticiones, si YO MISMO no hallo respuestas?”

Despotricaba de la religión, criticaba algunas nociones o rudimentos que practican otros; pero jamás podré saber cómo Dios trata la vida de otras personas (ni cómo las moldea, mientras soy moldeado).
Me reía de ciertas posturas religiosas, esos clichés recurrentes, que se asemejan a un parche en la boca de muchas personas, a un chip implantado a lo que parece el uso de sus cerebros (todos lo tenemos).

Mentalmente tomaba notas.

Hacía mi diálogo (un monólogo interior) que nunca pude verbalizar en letras, pero tenía claro (intermitentemente). Sabía que debía escribirlo (debo escribirlo) y -hoy- no lo sé (aunque estás lágrimas no las podré escribir como letras) y mi único testigo es Dios y la mirada absorta de este monitor que no cesa de verme, mudo, sordo, pero una extraña mujer (A.A.) en alguna parte de los sucesos se hace preguntas, algunas las sé responder, pero no hallo mis propias respuestas (y sé que, con ella -quizá- las encontraré).

Me sentía decepcionado.

Una cosa es hablar o discutir con la razón, pero otra cosa es hallar los debidos argumentos -el abanico de evidencias- que se pueda compartir con un público que no es mi audiencia. En un sentido, mi dilema, es el mismo que cualquier humano, cualquier pensante, que se debate en un duelo a muerte con la duda o la verdad (y mis dudas son pequeñas, pero me gusta vivir con respuestas prácticas, oportunas).

Tanta gente dice cosas (más que yo) que me sentí molesto: “¡Dios! ¿Por qué no les hablas Tú? ¡Sí! Tú mismo.” ¿Por qué esa insistencia, molesta y religiosa, de que “la Biblia es la palabra de Dios”, cuando sé que ESO NO ES TODA LA VERDAD?.

Me disgustaba.

Millones de persona ya te niegan, nada creen, y su fe la vuelcan hacia otras experiencias (de la naturaleza que sea).

No hace mucho que salí de algunas estructuras, me retiré de algunos credos; pero sigo viendo que TÚ NO ERES MUDO, que hablas (cuando te place) y has tenido -a bien- hacerme ver las cosas como SOBERANAMENTE te da la gana ¡Eres Dios! (y no me interesa invadir tu lugar).

Pensaba en aquellos que, presionados por sus muchas decepciones, sus repetidas cuitas o sinsabores, no quieren escuchar a nadie (y menos un retórico “Dios te ama”, cuando sus esquemas se desmoronan como el mundo y nada augura que será para levantarlos, sólida y definitivamente, en un nuevo orden).

Reprochaba, yo, a Dios, y quería sentarlo en mi banquillo de los acusados: “Respóndeme Tú, con esa verdad”.

No quise, ni quiero (ni querría) ridiculizar Su trabajo.

Me dolía, me inquietaba -todo ese todo- como si estuviera perdiendo más de mi tiempo (y sé no soy el único que se siente, así).

A la edad de 50, cualquiera que viva como yo, podrá notar cambios: Algunos internos, otros externos.



Por fuera, no me ocupo mucho. Por dentro, inevitablemente, no puedo hacer remiendos al friso interior de mi alma. Puedo engañar, al mundo, si lo quisiera; pero -a mí mismo- no puedo mentirme. Y sería lo más pendejo que pueda intentar alguien, en lo que le quede de vida.

Si alguno me preguntase: “¿Qué es la vida?”. Con sinceridad, respondería, no tengo esa respuesta (quizá debe descubrirla, cada persona, por cuenta propia) ¡No lo sé! (pero incluir a Dios, en ella, podría ayudar mucho).

Pero, ¿qué pasó desde que intenté “justificarme”, defender mi “integridad”? (la cual no tengo, si soy absolutamente justo).

Conocí a un grupo de personas, aprendí de sus ideas, sus opiniones (y no son como las mías).

Me hice un plan de contingencia (poco planifico cosas) y lo que buscaba “toda mi vida”, parecía alejarse (a los 50 ya comienzas a ver que algunas cosas, ciertamente, fenecen o mueren) ¿Se muere tu Esperanza?

Habían pasado muchas cosas...

Si me permito -a vuelo de pájaro- comentarlas, tardaría un rato; pero, quizá, te sirvan de referencia.
Regresé de Colombia en Julio 2010.

No tenía planes de volver a Venezuela. Había dicho, no volver, “Jamás y nunca”; pero, el pasado ni el futuro, nos pertenece (es un alivio) (hay menos trabajo viviendo un día a la vez).

No soy mal agradecido.

Si hubiera vendido todas mis cosas, para mudarme a otro país; no sé bajo qué puente tendría que buscar cobijo, para dormir (Gracias a Dios, no lo he perdido todo).

A mi llegada, terminando una relación de casi 2 años de cohabitar; mis ojos “miraron” a una negrita... Pero su religión, su forma ciega de fanatismo, me alejó y advirtió un posible error que evité (evitamos). Sin embargo -esa atracción- me sirvió para entender que, interiormente, no quedó un daño, que puedo sentir y volver a amar (pero no dónde las diferencias sean abismales o la incompatibilidad se resbale).

Seguí adelante, con los ojos abiertos (la cartera vacía) pero atento (y deshojando pétalos a las margaritas). ¿No he sido, así, toda la vida?

Aunque no soy de los que vuelva en retroceso, giré la cabeza y miré el horizonte del pasado: No lo añoro, pero puedo ver lo que se suelta, lo que abandono o se ha ido.

A mi edad, aunque no me pese, debo ser realista: Más de la mitad de mi vida se ha ido en eso de “ensayo y error” y, aunque me quedaren 20 años para disfrutarlos, mi cuerpo cada día se muere, mi libido ya no es la de 18 – 30, y mi amigo número UNO... ¡Cae o muere! (le pasó a mi padre) ¡Ja! ¡Ja! (no puedo ser tan tonto para ignorar el cambio).

Al volver la vista (no ha sido un solo día) noté que hay cosas que no dejaría.

He podido dejar -atrás- a conocidas y desconocidos (eso no me pesa).
He podido caminar, solo y a solas, aunque esa nunca fue mi meta (ni mi primera intención).
He podido vivir, sin mucha complicación; pese a que estos tiempo se harán más difíciles.

Criticaba, a Dios, mis días y decía: “¿De qué me valen?”. Ya sé que, con soltura, rechazo propuestas “amorosas” (porque sé cuándo o cómo, éstas, no tienen que ver con el amor genuino).

A mi edad (con mi pobreza) uno no puede nadar con más exigencias de las que antes ya tenía: Hay que bajar la guardia...

Racionalmente sé que debería ser así ¡puedo ser así! (pero hay un standard emocional del “DEBE SER y PUEDE SER” que me grita, o me alienta).

¡Toda mi vida la he buscado!

Ésta aventura de logros y fracasos, sin quererlo, la ha idealizado, la ha soñado y -la inconformidad- ha desdeñado a más de una (porque no se parece a ese modelo) (mismo que existe en raras películas y en los romances de los sueños).

“¿Por qué Dios? -le decía- “¿Por qué nuestras almas sueñan?”.

Para qué vivir una vida, esta insulsa existencia, cuya retórica insiste en cosas intangibles o inalcanzables y, muchas veces -Tú mismo- eres parte del problema (yo no nací solo) (alguien MÁS me trajo).

Tomé una hoja en blanco y la colgué del escritorio.

Quería escribir, quería decir; pero estaba (estoy) bloqueado. Una cosa es pensarlo, otra cosa escribirlo (y ahora entiendo este ejercicio de los escritores: ¿Saben cuántas hojas hay que romper, a veces, antes de publicar cualquier cosa?).

No hace mucho escribí algo (En Las Alturas). Fue mi primer ejercicio para “entender” lo que hace un escritor:
  • Sentir y dialogar con el protocolo de mis emociones y traducirlas.
  • Escribir
  • Publicar.

Aunque es un pequeño trozo de letras, pasé -en ello- más de 12 horas y, a decir verdad, más de 24 horas del día. Como lector, leyéndome a mí mismo, pude comprender a una andinita que aportó muchísimo más de lo que admito (ella fue la fuente de la inspiración) (si conviene hablar de ello). Mi lección, lo que aprendí, es que jamás había ANALIZADO cada palabra, cada sentencia y sus secuencias, dentro de la estructura de cosas que “veía” o narraba (ella enviaba mensajes de texto yo hacía de intérprete de mis emociones).

Al terminar, cuando publiqué, ella logró ver “la obra” y, para mi sorpresa, confesó que -leyéndola- ella lloraba (lo hizo más de una vez).

No aclararé los detalles (la intención no es esa). Sin embargo, que yo sepa, es la 1ra vez que algo me cuesta tanto. ¡Me fue difícil escribir! Normalmente tengo las ideas, todo fluye con naturalidad, como si fuera un experto pintor de palabras; pero ese día, tanto como esta semana, he tenido la complicación para hallar esa simplicidad a la que hoy renuncio ¿Sabes por qué?

¡Te hallé a tí! (o fui hallado de ti, A.A.).

Judía, gitana... ¡o loca! (no lo sé).

Pero me agradas.

Me había hecho unos planes.

Ya pensaba otras cosas.

Pero giraste mi vida unos 180 grados (no daría otra vuelta para quedar en lo mismo).

Llegaste tú, con esas cosas, y se ha resbalado mi “armadura” (dejándome desnudo) y ya no me importa.

Sé que no logré vaciar muchas de mis ideas (siguen y quedarán latentes) ¡Saldrán! Como se pare un hijo a la vida (nadie quiere a la muerte).

Sé que hay muchas y particulares diferencias: No pensaré en ellas... Y, más bien, pensaré en los puntos de encuentro, gratas coincidencias (nos crió una abuela) y, sin comentar más, acepto tu amistad. Asumiré algún costo y el riesgo: Vales alguna pena (me quitaste la armadura) ¿Por qué sentir vergüenza? (aunque me dé, cierto friíto) ¡Je! ¡Je!

Me había propuesto, siguiendo un mal consejo, no avanzar más; pero renuncio (te lo agradezco). Ya quería yo -como te dije- terminar esta carrera y que me sacaran del mundo (pero me doy un plazo) ¡Vales las penas!

¿Cómo y con qué corresponderte?

(algo más de una hora conversando) (tengo algunas ideas).

Y todo lo que, por compromiso asuma, implica algún cambio a los que seré totalmente nuevo (tenme paciencia) (había abandonado La Esperanza) (no sabía te habría, en mi plan de “contingencia”). Me sorprendiste ¡Me sorprendes! (y yo, renegando de Dios).

En mis charlas, mi conversado silencio, le decía: “¿Te equivocaste conmigo? ¿En qué me he convertido? ¿Para qué me sirve evitar la promiscuidad? Cuando hiciste a la mujer... ¡Ese día me ignoraste!”

Había una rabia que no le confesaba.

Era una furia que puse al control de mi piloto automático (y no Le supe hablar) (hoy, tampoco, lo sé).

Había esta lucha interior. Este reproche conmigo mismo: “¿Por qué otros disfrutan y me niegas ese mismo derecho? ¿Por qué otros desprecian -a varias- y a este pobre pendejo Lo ignoras? ¿De qué me sirve servir a Tu justicia?”

Si al haber de esos momentos -una docena, cada día- te pensaba en reproches: “¡Dios! Me ignoraste”. Me decía, a solas conmigo -caminando las calles- “¿Por qué ellos y no yo?” (No se trataba de envidia, sino de justicia CONMIGO, también por otros). ¿Saben cuántas personas están en peores condiciones que LOS QUE REPROCHAMOS A DIOS?

Me di un paseo.

Corrí de mis ideas, dándome un descanso: Era un asedio.

Conté mis dedos, miré mis brazos, noté mis piernas: Estoy completo.

¿Hay paralíticos?
¿Hay mutilados?

Pero un repentino reproche paraliza.
Una frecuente recriminación nos mutila...
y, sin advertir, hay más paralíticos emocionales -más mutilados a la verdad- que aquellos quienes hagan frente a sus impedimentos físicos aparentes, circunstancias económicas temporales o al aspecto cultural que pudieren amenazar (aprender no mata).

“¡Dios!” -me dije- “¿Ella es un espejismo? Alguien distinto a un Dejavú”. ¿Es alguien real? Pregunté yo.

Adivina tú qué pasó -si lees- si ella es real u otra de mis fantasías (te reservo el beneficio de la duda).

Me encuentro en la encrucijada.
Alguna vez pasarás, quieras o no, por alguna de ellas (de tí depende mucho, lo que llamamos “futuro”).

Hay un nudo en mi garganta. Una sonrisa en mis labios (y el sarcasmo de la incertidumbre se oye a mi espalda).

¿Cómo manejarme?

Salí de una bonita relación en Octubre 2011. Las diferencias ya las había advertido, denunciado y, éstas de hoy -aunque similares- son distintas (hay algo de miedo) (puedo predecirlo: Soy cobarde a lo que no quiero que termine, a lo que deje de ser hermoso, a quien pudiera asirme). ¡Por qué no a ella?

Me lanzaré en tus brazos, papá.

Ella giró mi vida 180 grados, pero las lecciones de la vida no se olvidan: He estado allí.

Aunque diga ser judía, no lo es tanto, como yo.

Aunque es la persona más hermosa que haya conocido (que mi finita mente recuerde) tengo algunas ideas que no debo abandonar... Aunque ya abandoné a otras, y me despido de los “amigos”.

“¿En qué me he convertido, Señor?”

Como disfruto cada rato que invierto -felizmente- en ella, con ella, por ella (¡Tú lo sabes!) (Ella lo sabe). ¿Estaremos encandilados? ¿Será nuestro espejismo?

(Ya no quiero hablarte)

Hago una pausa, en mis silencios, y deseo escupir la lengua; para no hablar más conmigo.

Abro los ojos, y tinieblas, hallo en los pasillos interiores de mi razonamieto: ¿No he contado esas piedras de tropiezo, a lo largo de 50 años? ¿Ya no sé -tantas cosas- a las que este humano es vulnerable?

No se ha ido (y me despido).
No se marcha (y soy -yo- quien huye).

“¡Papá! Ella no era la señal... ¿O sí?”

AMOR CON HAMBRE NO DURA” (Esa es la lógica, hace siglos) ¿Cómo controvertirlo o negarlo? ¡Mírame a mí! Hay millones, peor que yo. ¿PENSASTE EN NOSOTROS?

Podría seguir escribiendo, una hora o dos, y jamás dejarías que escribiera lo que ya Tú sabes (y yo sé).

Podrías estarte tú, aquí, conmigo; pero no es eso lo que quiero “¿Pensaste en mí? ¿Pensaste en ella? ¿Pensaste en TODOS?”

No voy a volver a ser rechazado.

Hace mucho los rechacé (no me alegro de ello) (tampoco lo disfruto) pero ¡no soy como ellos! ¿Qué debo hacer? ¡Mira, viejito! Son 50 años metido en esto y, AUNQUE ESA MUJER ME FASCINA, no voy a seguir si no me bendices.

Sé que la trajiste.

Esto no es algo que se haya hecho de la nada ni solo, pero ¡Sin tí NO sigo!

“(Tú sabes lo que te pido)”

“Tú me conoces, papá. No temo otro avance. Pero ¿volveré a pasar por lo que aprendí con Elizabeth?”

¡Noooooooooooo!

Advierto esa piedra en mi camino. Yo no pensé ni diseñé este mundo y “lo que es del cura va pa´la Iglesia”... “¿Viste que ella piensa distinto?” (que nos parecemos) y, a la vez, ella es alguien tan distinta (no entiendo quién la dejaría) (pero comprendo mis razones: No quiero otro fracaso).

Si tú, si este mundo, pretende retocar las pinceladas que va dando a mi vida ¡Me retiro! (aprendí de esa escuela).

Si quieres reforzar el aprendizaje del dolor, del desencanto ¡búscame en otra aula! (retiro esta materia).

No tengo lo que Tú y yo (y ella) sabemos hará falta ¿Debo publicarlo?

La vida me ha enseñado y, este rol en tu teatro, me harta:
  1. Si me has hecho un regalo, me gusta su envoltorio: ¡Dámelo completo!
  2. Si quieres que proceda, Tú sabes los remedios de los medios.
  3. Si debo descubrirlos -implementándolos yo- muestra los caminos y esa fuente de recursos.

El resto es tan “perfecto”. Da devuelto lo que pensé sería mi vida, pero hay realidades que no resolví en medio siglo ¿Cómo las concluyo ahora? (y esto es una oración que -por miles- yo te ruego).

NO quiero una eternidad.

Si esto es el loop de la vida ¡desconectame! (ya no me interesa).

Si esta escuela nunca termina, no me interesa el pensum de estudio: Dame paz eterna.

Ella actúa como un ángel, pero no quiero ser dios yo . ¿Es así la eternidad? ¿Viviré -allá- a tientas? (tengo suficiente con esto, aquí abajo).

¿Cómo puedo decirle -a centenas- que lo celestial es mejor? Que el presente, por insulso o complejo que sea, es un asunto “temporal” y NO PROVEES una respuesta contundente a cuestiones existenciales esenciales:
  1. Comprensión
  2. Autoestima y edificación mutua.
  3. Amistad incondicional de otros seres, con humanos.
  4. Amor, con esa persona que nos guste, a quien amenos y entendamos, POR SER LA PERSONA QUIEN ES y no por la fantasía que caprichosamente se nos antoje o prefiramos.

Son muchas cosas -Dios- las que querría decirte, y no sé decirlas. Me has encerrado, me has impedido, en todo aquello que me propuse escribir, pero -intuitivamente- sé que son reales, vitales, y no me has ayudado a confesar, a divulgar, como si mis emociones fueran solo mías (y hay millares que lloran sus secretos) y, tampoco, han podido parir algunos de sus sueños: ¡No quiero ser Dios! No quiero una eternidad.

¡Apágame!

¡Desconéctame!

Este no es un modo de vivir, sino de dar vueltas y vueltas sobre sí mismos, como siendo parte de algún ciclo (y no soy de los que giran) ¡Tú me conoces, viejo! (y ya no quiero seguir).

sábado, 5 de mayo de 2012

Telegrama tardío




Hace 5 décadas muy pocos pensaban en el poder de la palabra, salvo aquellos que fueren asiduos soñadores en las lecturas fantasiosas de Julio Verne y la ciencia ficción de esos días. Creo muy pocos cuantificaron el impacto del verbo, su gracia creativa o su poder transformador, excepto los estudiosos de la mente, subordinados a poderes económicos o políticos (en un instante, pensé en el entorno de Hitler, y toda su propaganda que llevó al mundo a la guerra).



Marconi y toda esa gente de Italia, enamorada de las posibilidades que ofrecían las ondas hertzianas, las muevo a una esquina. A otro grupo, como a ese insigne Aristóteles que se desdibuja en el recuerdo de un par de lecturas, lo ubicaría en el poder de las palabras, el encantamiento de las ideas; pero tampoco él vio con la misma visión el efecto que Dios sí ha pensado en relación a Sus dichos, venidos desde lo profundo de Su Espíritu, manifestados en el universo, y revelados en el Jesús histórico, posterior a la gloria que la historia narra, una vez abatida la Grecia de hoy, antes de otra crisis recurrente: Los tiempos se repiten.



Hace 70 años, muy pocos habrán pensado que sus palabras permanecerían. No recuerdo a nadie que pensase que sus escritos serían leídos por sus hijos, por sus nietos, y que finalmente, serían amados, nostálgicamente queridos o aciagamente aborrecidos. ¿Cómo saberlo?



Un escritor como Horacio, una escritora como Emily Brontë, poco pensaría en la proyección de sus historias, más allá de la primera década, luego de su ejercicio de trabajo (me quedo con las letras de Emily). Oscar Wilde, aunque un genio muerto, sus palabras se reimprimen y parece no querer morir, como el mismo “Dorian Grey” ¿Quién añora la ausencia de los beneficios de la presente vida? ¿Acaso la ancianidad priva a miles el pensar en el surco de sus vivencias?



Nadie habría pensado en lo obsoleto de un fax o un telegrama, décadas atrás. No hace mucho pude librarme del apego de esas cartas, epístolas de mi padre con mis tías y mi abuela paterna, y hasta un par de telegramas había en ese lote. ¿Pueden imaginar la sensación que se siente al ver el puño, el carácter de cada letra y la emoción perfumada de cada trazo, escritos hace más de 45 años? ¿Tienen idea de las emociones y frustraciones que en la historia se han escrito y sus páginas se han descoyuntado o vuelto añicos?



Goethe, en alguna parte de su Werther, supo pintar la imagen romántica de muchos hombres que emocionalmente se suicidan (no tendría erudición suficiente para alabar el trabajo inspirado de hombres y mujeres que han aprendido a sondear sus almas, y volcarlas en letras). ¿Ha leído alguno esas palabras dolidas (en la Biblia) donde hombres, inspirados por algún hálito divino, han descrito la desazón de la infidelidad, la frustración de la indiferencia, el resquebrajamiento de lo sublime de las intensiones, cuando alguien le da la espalda o -a propósito- le acuchilla con una traición a ese amor? Hay varios profetas que han diagramado ese amor maltrecho, ese celo de hombre, cuando una mujer se revuelca con el cuerpo de otro. He padecido la indolencia que esos autores narran -de parte del Dios de Israel- cuando ellos en su vida describen lo que prácticamente Dios siente al atestiguar sobre una infidelidad sexual. Ellos usan imágenes antropomórficas para describir a Israel o a parte de ese pueblo. Usan a sus mismas esposas -ciertamente prostituidas- para hacernos entender cómo Dios ha visto la infidelidad emocional. ¿Acaso no me duele, siendo yo vulgarmente promiscuo?



Hace varias décadas, antes de conocer el poder de la presente era de datos, me publicaron un anuncio en la revista “Tú” (Bloque de Publicaciones de Armas) (me parece). Ingenuamente, pensé recibiría dos o tres cartas: ¡Casi 200! ¿Cómo sabría manejar ese abanico de posibilidades? ¿Qué conciencia tenía de los sentimientos que estaban en mis manos? ¿Cómo financiaría ese costo postal, si dependía económicamente de mi padre?

De ese grupo de cartas, sólo me fasciné con Noemí Ruiz Betancourt, de México. La mayoría de lo que me decían me pareció superficial, común, hasta insípido y, ahora que pienso distinto, podría haberme equivocado (de hecho me equivoqué cientos de veces) y todo eso me ha afectado, hasta el presente, pues, ¿cómo saber qué fue lo mejor debía hacer?.



Noemí era una muchacha realmente fiel y cristiana (no me cupo dudas). Su constancia, su cariño siempre sincero, lo dibujaba con multitud de colores, en su repetida constancia; aunque yo me oponía a sus consejos, mismos que insistían en querer evangelizarme (qué pagano le adversaba). Cuando recibía sus cartas, mi vida se llenaba y, no sabría explicar cómo dejé la atención debida de la correspondencia de otras. Una parte de mí ya no quería recibir cartas de muchas partes del mundo, de aquellas de habla hispana. Otra, aún sorprendida, se maravillaba de la cantidad de gente que hizo grandes esfuerzos para comunicarse en mi propio idioma y, naturalmente, alguien que no domine el español tendrá dificultades para volcar sus ideas en el idioma ajeno. Todavía así, varias gringas escribieron. ¡Qué descortesía e irresponsabilidad la mía! (¡Perdón!) (Algo tarde).



Casi puedo reírme con mi difunto padre, pues, a él le mostré algunos de los sobres que recibía de Noemí y, a diferencia de los emails, uno podía conservar el perfume de esas cartas de papel. Deleitarse en el tiempo y el cuidado que cada persona ponía para elaborarlas, pensarlas, y hasta corregirlas en el mimo papel (Noemí no era sí) (¡Claro! Era maestra) (En muchas cosas).



Me causó cierta desilusión la primera foto que recibí de ella...



Patty Nápoles, una gringa, tenía una hermosa cabellera dorada, una nariz ligeramente desproporcionada, y me honraba al tratar de compartir con un individuo que vivía en el 3er mundo, en una cultura y economía totalmente ajena a la de ella: Era previsible.



Noemí, por el contrario, había ganado mi alma; pero mis vísceras respondían a un aspecto visual que no se había revelado y yo no sentía necesidad de conocerla físicamente... Cuando llegó aquella foto, la que me parecía pequeñita y en blanco y negro microscópico, mi alma se rebeló a esa verdad que sólo vi o entendí en la parcialidad de aquel momento (y no recuerdo qué le escribí) pero la herí (no merezco tu perdón) (y ciertamente sé que me lo habrás dado, si en alguna parte todavía vives).



A esa edad, de mi parte, sabía que tenía un alma, esta mente que escribe; pero no conocía el vínculo que une a ésta con lo visceral. Sabía que podía tener una suerte de emociones, alucinaciones verbales, pero no sabía que ellas se somatizan, que se verbalizan en la carne, y que uno se deja llevar por las expectativas del engaño de nuestras fantasías y -de un momento a otro- lo que parece ser deja de serlo: Como esa palabra dicha que, una ves escrita, pierde el calor del aliento.



Podría revisar el rincón de mis recuerdos y probarles la belleza de sus adornados sobres, mismos que Noemí pintaba en sus perfumes -para mí- junto a la multitud de inmerecidas cosas que escribía, en medio de aquellas dulces emociones que supo despertar...



¡Qué desengaño! (yo lo he sido). A decir verdad, en medio de su amorosa sinceridad, ella hubiera sido la primera persona que se hubiera atrevido a salir de sus fronteras -en mi vida- para probarme ese amor y esa lealtad que yo no le supe corresponder (Gracias a Dios no la herí, también, de ese modo).



No justifico lo que hice ni podría pensar en cómo defenderme. Tarde ya, olvidado quizá el asunto (espero así sea de su parte) creo saber cómo debieron haber sido algunas cosas: ¿Qué tal si toda mi vida equivoqué en ese simple error? ¿Habré sido recurrente en la misma falta?



Una cosa sé. Dios nos hizo con suficientes sentidos para usarlos y comunicarnos: En 1er lugar, con nosotros mismos y, luego, con el resto del mundo. ¿Volvería a meter la pata de ese modo? ¡No lo creo! (y con mi vida resarciría) (me refiero a que pagaría el daño: Antes no lo hice).



¡Doscientas cartas!



¿Qué podría decirles para que, algunas, llegasen a perdonarme por aquella descortesía?



Nunca imaginé el alcance de un simple anuncio en un medio que pensé reducido en poder de convencimiento y en el tiempo. De haber sabido que ALGUNAS PALABRAS NO TIENEN FECHA DE CADUCIDAD, fecha de vencimiento, habría callado cuando me sentía solo, o triste, y deseaba un momento de atención o coincidir con otra persona que tuviere mis mismas necesidades o afinidades ¡No me conocía! (Y ello no me hace menos culpable ni responsable).



Si hubiera imaginado el alcance mundial de mis primeras palabras, donde buscaba un amor en una revista juvenil, no habría golpeado a Noemí, no habría desilusionado las expectativas de otras chicas (ahora mujeres) que buscaban la misma correspondencia que yo pedía en un papel impreso y NO LAS SUPE CORRESPONDER (tampoco podía) (tampoco hoy, por cierto).



Yo, allí, solicitaba amistad, y no la supe dar. Solicitaba a una persona, y yo nada fui para ella, ni para otras (la cagué, sin argumentar). ¡Cuánta inconsciencia de mi parte! Desilusionar a las personas, sus expectativas, como depredando en la necesidad ajena, que también es como la mía y la de todos.



¿Sabía lo que hacía? Tal vez, pero no cuantifiqué el alcance y “me deshice” del sueño ajeno con una carta –fotocopiada- que le envié a otras. “Respondí”, como un e-mail impersonal, que dice: “Hemos recibido su solicitud y, tan pronto se pueda, procesaremos su requerimiento”. ¡Qué payasada! Semejante a la avalancha de motorizados que irrespetan el derecho de paso peatonal, igualita que la morisqueta de los buhoneros que invaden las calles, y empujan a la gente al borde de las carreteras, a merced del humo y del tránsito automotor… ¡No soy muy distinto a ellos!



Desearía escribirles un telegrama. Desearía enviarles una carta, con esta disculpa, pero sus direcciones se han borrado, sus memorias me habrán olvidado, y quédome –aquí- arrodillado, confesándome en el sacerdocio de mis letras, junto al altar de mi verdad.



Antonio Toro

(Secular Hermit).



viernes, 4 de mayo de 2012

Metas / Goals



(Beginning an Equal Condition Agreement).

Directas/ Directs:

            Matrimonio y mudarme / remarry and relocation.
            ( ¿Con quién y dónde? / Whom and where? ).

Secundarias / Indirects: 

            Hallar afinidades con semejantes que comulguen con ideas judeo-cristianas.
            Finding out common ground on people dealing with jewish/christians ideas.



La amistad no es una necesidad, ni una prioridad, pero las afinidades se descubren en esas interacciones.

Friendship is not an aim nor my priority, buy it serves to search afinities and likes.

Puedo continuar la vida siendo ignorado o despedido por muchos seres; pero tengo bastante con mi proceso de selección “natural” en la calle. ¡Ja! ¡Ja! (sería una mentira no admitirlo).

I don´t care being ignored or dismissed. I have enough avoiding people on the streets, so stay where you are if you want to push me to get your first place or nowhere. (I love Ezekiel 34:18-19).

No soy religioso, pero tengo algunas nociones y no voy a controvertirlas.
I have some religious notions and ain´t going to fight against yours.

La Biblia es uno de los libros que consulto y, aunque no le tengo absoluta confianza, me basta ese 50% que va transformando mi vida. Si eres más “mundano” que yo (lo dudo) vivir de este modo puede efectarte,

The Bible is one is the books I often check. I don´t trust it 100 % as “Holy” or full Scripture,  but that 50% I relied on serves me to live the life I actually live. If you´re not a Christian -please- stay away! You could be hurt believing this way.

Trato de vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo, siempre que no contradigan mi razón y sinceridad: No puedo amar a mis enemigos y soy humanamente falible (Si Uds lo hacen mejor, presúmanlo a solas).



I try to live according to Jesus´ teachings -as far as they don´t contradict my reason or my honest possibilities: I can´t love my enemies and, if you´ve done it, congratulate yourselves.



Si eres una mujer “encantadora” y estás casada legal y emocionalmente -por favor- no me quemes mis últimos cartuchos ni mi tiempo. No me gusta jugar con los sentimientos de nadie, y desearía así pasaras conmigo; pero he hecho más daño que bien, y no es tan fácil detener las avalanchas de emociones o de expectativas, cuando ellas se desprenden: Una dama inflama llamas.



I wouldn´t like to deal with legal or emotionally married woman. If you are under 45, 5´,5” and less than 70 Kg, I have to shut my eyes. That´s too much to let me be driven by emotional expectations, so I´ll be discouraged if you´re a cheater or a scammer (I´m really poor). So please, prevent me from barking at the wrong tree. It´s not a simple connection I´d like to place, but I long term relationship with one who believes in building deeper associations. Take time to understand I´m really odd, old-fashioned, a poor “hermit” isolated from the normal stream of modern life... If you find anything in these handicaps, common ground in my affirmed limitations and shortcomings, let´s try to be friends (without this we have nothing, but typed letters on an empty screen).



Normalmente no me siento bien con gente pudiente, ni con gente del mundo de la salsa, ni católicos. Prefiero no relacionarme con católicos ni con incrédulos: La experiencia me ha dicho que no congeniaremos y, el final siempre es el mismo. El mundo no ha sido hecho para capricho personal de nadie y, querámoslo o no, todos vamos en piloto automático en la dirección que nos gusta o nos convenga (para decidir entre alternativas) pero he preferido declararlo y aclararlo: Su tiempo es valioso, tanto como el mío.



I don´t cope with rich people, except when working. I´ve decided to avoid certain relationships that cannot remain and cannot be built. Crass pagans and uncommited people are bypassed here! I´m worst than some of them, but I´ve decided for my convenience: The yoke of a marriage is my utmost aim, and some of my views are different and hard to be please: I´m not a man of conventional standards and mine are UNDER popular expectations. I made my choice! It´s up to you to act accordingly to your reasons.



Creo en un Dios personal -algo misterioso- que no siempre “aparece” como sería deseable lo hiciese un genio dentro de la lámpara de Aladino. Me parece que no siempre estaré de acuerdo en cómo hace o haya hecho Sus cosas, pero Él es soberano y tiene absoluta potestad de hacer como hace, incluso sobre mi vida (aunque no me guste la cirugía que aplica sobre mi vida) ¡He de subordinarme! Si tu fe es una de esos grupos sectarios, mayoritarios o minoritarios, no formo ni me identifico con ninguna institución humana y, si me quieres meter en uno de esos frascos clasificadores, pónme en el de la Cristiandad, pero entre la disidencia, los que no creen en “líderes” humanos, ni desean estar sujetos a la voluntad de otros (sino a la mía y lo que me diga la razón). Tengo muchos años y creo en esas palabras de Jesús que dicen: “Bástale al discípulo llegar a ser como su Maestro”. Me gustan porque no sólo me animan a lo autodidacta, sino a imitarle y a la independencia, respecto a otros que se proponen como “maestros” (yo no lo soy, excepto par mí mismo). Tu interpretación de muchas cosas puede ser distinta, convergente o diferente, pero la tuya es tan válida como la mía (y me quedo con la mía). Si eres sectaria o sectario, denominacionalista, déjame tranquilo en esta esquina de la hoja donde escribo: Quizá nos parecemos tanto que nos heriremos; pero soy bueno argumentando con mis ideas, comulgándolas conmigo mismo, y fíjate en el empeño que pongo para que me comprendas, si es que llegas a hacerlo: Yo soy yo (tú eres tú).




I believe in a personal God. He´s powerful, smarter than intelligence and sovereign enouh to make His own heavenly and earthly will to be done. I haven´t always agreed what He´s doing, but we both are free to make decisions, and mine are to be surrendered to His (I´d better). If you belong to any denominationalistic group or sectarism, I do not belong to you. I have years fighting alone with false teachings and I have reasons to be like I am, same as you. I don´t believe we need todays priesthood and post apostolic teachings (I´m centered on Jesus and Old Scripture) but this is not enough to be saved: I need his Grace, His Mercy. My trust relies 100% on God´s mercy and his understanding, not the Church´s. Just because I don´t like to be piled with sinners (worst or similar to me) who like to give orders, but seldom fall on their knees.



En el supuesto que yo encuentre alguna afinidad o relación afectiva, con el atractivo emocional y físico suficiente, tendré que ganarme la lotería para mantenerla: No gano lo suficiente (ni siquiera para mí mismo). Así que será un verdadero milagro si vuelvo a casarme, pero –por vía de mutua concesión- conviene que indiquemos, en la Internet, que estamos comprometidos en una relación afectiva, y más si llegáramos al dulce milagro de conocernos personalmente (y para mí no tendría caso seguir en la internet, excepto para publicar alguna de mis ideas, que espero le sirvan a alguien, en el tiempo). ¿No has visto qué cosas hace la gente cuando se siente sola y aburrida? Sé de casos, de hombres y mujeres, que se ponen a buscar a otra pareja (incluso exploran las emociones de su otro género sexual). Puede que me haya parecido “excitante” mirar un par de videos porno, pero hay quienes no tienen consciencia del poder adictivo NI LAS CONCECUENCIAS de esa forma de indulgencias que se suela dar uno (y más cuando hace tiempo no le da holgura a sus necesidades viscerales) y, pese a que he aprendido que todo esto es como una droga (que hiere, deprime o mata), no estoy dispuesto a reincidencias: Sea padecer una infidelidad emocional o física, sea dedicar tiempo a relaciones estériles y sin propósito, o vincularme a personas que no tienen lo que yo sé busco (o yo mismo carezco). ¡Estoy bien consciente! No perderé más tiempo (pero dejo la nota, para que sirva de guía a otro alfabeto).



Let´s suppose we find out here a real affinity, common ground on essential ideas (God) and we clig emotionally to our likes and physical bodies (I´ve lived this). It´s very convenient we both make the concession of telling the truth that we´re emotionally engaged. If there´s no an open and public commitment, this relationship is not worth of OUR time. I have not a better possession than this simple and mortal life I´m avoiding to be wasting (Do you have extra time? Life after life?).

I don´t like to fail twice, and I´ve been discouraged from hurting me and other people. If you are there, somewhere surfing this piece of advice, please me know about it: I´m blind and seeking to see life. This could be the beginning of an Equal Condition Agreement, a love condition to utterly love.



I´ve warned scammers! I´m really poor.



I told you thrice: I´m an old man daydreaming!



(but I´ve written the beginning of an Equal Condition Agreement).