jueves, 4 de agosto de 2011

Amor vs $exo

Anoche hubo una conversación interesante de sentimientos, experiencias y sueños. Hubo acuerdos con mis deseos, convicciones y realidades ¡nada podría ser mejor! Muchas cosas vinieron en tropel –intensas, por cierto- y procesarlas toma un tiempo y la toma de ciertas decisiones no es tan “automática” como cuando Ud va manejando por una avenida y sabe el momento exacto de cuándo habrá de accionar el freno: De no hacerlo choca o será atropellado por el descuido ajeno.

Hay cosas en esta vida que se entienden por analogías, por el camino fácil o difícil. Uno puede aprender de las experiencias propias y ajenas, pues -básicamente- a todos nos gustan los cambios: Deje de celebrar el ritual de la navidad, deje de darse esos regalos y no vaya a esas festividades –apartándose de lo que hacen las mayorías- y entenderá de lo que hablo: Le gustará o le disgustará, pero es un proceso para otros cambios. Como decían en mi clase de geografía “el cambio es constante” (lo había olvidado) (es tan progresivo).

No sé si me entiendan, pero dejaré un par de ejemplos (escribo para mis hijos). Ayer la abuela tuvo una idea nueva. Tomó esa tortuga galápago que ella tiene en su ducha y la metió en un tobo rojo con agua. Esta mañana, 6 am de un 4 de agosto del 2011, el animalito sigue adentro –nadando y moviendo sus patas- porque el lugar que tenía antes era incómodo, muy estrecho, y el animal no tenía espacio para moverse, ejercitarse, y darse el movimiento que la naturaleza de su cuerpo (que crece) ya le pedía ¡Necesitaba ese cambio! (aunque la tortuga no tiene medios propios para entrar o salir de ese “estanque”).

Tiempo antes, a las 9 pm, visité al tío Abraham para revisar un disco duro. Mientras hicimos el chequeo, conversamos varias cosas y le hable de un artículo que leí en el “U.N.”, publicado por la Sra Shere Hite: Sexo y Derechos Humanos (Págs. 10-11, 31/7/2011). Allí, con el tecnicismo propio de su profesión, la señora proponía un nuevo cambio a la sociedad sexuada (evidentemente feminista y no machista) ¿qué es lo que cada individuo quiere? La mujer el entorno del preludio, el romanticismo, la responsabilidad del hombre en el mantenimiento de los hijos (y otros gastos) y que EL HOMBRE TOME MÁS CONCIENCIA DE QUE “ELLA” NO ESTÁ TAN INTERESADA EN LA PENETRACIÓN (¿?) (me gustaría checar otras opiniones).
Concuerdo en los excesos publicitarios que se dan a la necesidad del sexo. La mayoría de lo que se promociona tiene la foto de una chica “bella” y, mayormente, el target del mercadeo es hacia el cliente masculino, al menos de de vallas publicitarias y el de otros medios gráficos y audiovisuales. ¿Somos los que gastamos más en los muebles de la casa? (revise cada hombre y cada mujer cuánto billete le mete a la mancomunidad de bienes y, así se sabrá quien hace más inversiones “emocionales”, si el feminismo o el machismo) (aunque las madres muchísimas veces hacen un trabajo que el hombre no recompensa ni agradece) ¡Bueno! Son ellas las que paren… (La implementación de ciertas conclusiones podrían causar muchos cambios).
Por lo general, cuando estoy en mi casa, no necesito tomar café. Esa dependencia adictiva –nominal- brota cuando visito a mi madre y, siempre, lo consumo con leche para no tener pérdidas sustanciales de calcio (y qué pedo buscar leche en polvo para los niños: Ayer logré comprar 4 kg en el C.M. de La Urbina) (esto es un mal económico y político). ¿Y qué tiene que ver el consumo del café, o la feche, en este pedo? Pues que, para muchos, es una necesidad circunstancial, un deseo nominal y, para otros, sí es un fenómeno adictivo, como el sexo.
Paso días sin tomar café. Desde que Mónica salió de mi vida, esa “necesidad”, sólo se repite cuando voy a casa de la Sra. Desideria y ella me invita a sus cremosos cafés con leche o, cuando amanezco en la casa de mi hermana ¡hasta boté el colador que Mónica llevó a mi casa! y regalé ese envase que ella tenía… ¿Qué sucede a Josh con el cigarro? Se ha hecho adicto de la nicotina y, a veces consume chimó para no echar humo: Ambos casos me ocupan.
A petición, mi amiga Dulce me regaló un artículo y ese día –en la mañana- escuché (parcialmente) un programa de la agencia contra las drogas. Entendí un poco más el asunto y, la verdad, comprendí otras cosas que me hacen un nudo en el corazón (así me siento).
Hubo dos puntos que me llamaron la atención (hice un arreglo de color). Éstos puntos estás circunscritos al vicio del cigarrillo pero, los mismos principios sustitutivos, operan ante cualquier cosa que inicialmente se rechaza, pero luego se asimila.
Se consigue fumar venciendo la sensación de rechazo y asco que provoca el cigarrillo. Los pensamientos, creencias y sentimientos que permiten este paso son personales, cada uno tiene su motivo.
Dejar de fumar se consigue mediante imágenes que permiten volver a sensaciones de rechazo ante el cigarrillo. Los pensamientos, creencias y sentimientos individuales que van a permitir este paso, son creaciones de cada uno -en esta etapa- que se quiere vivir mejor (asunto voluntario)
Siempre han estado ciertas cosas en mí –adentro- y no las había notado (pero eran operativas en mis procesos “automáticos”). Este par de puntos resaltados –por analogía- funcionan en la selección de parejas y en la aceptación de condiciones adversas a nuestra voluntad o deseos, en diferentes esferas (el plano social, laboral, económica y de parejas).
A mi modo de ver, el líquido del café es repugnante, sabe mal; pero, si lo quiero “asimilar”, recurro a ese truco de ponerle azúcar –endulzarlo- y para convencerme de que es “bueno” le pongo cucharadas de leche y puedo decir que es un “alimento” (pero no lo es). De ese mucho de cosas, sustituyo lo que comprobablemente tuviere poco valor alimenticio por “otro”, semejante a un vulgar refresco, pero ¡caliente!
Puedo idealizar “los días de mi abuela”, recordar cómo olía su cocina y todo lo emocional que giraba en torno a ella; pero no puedo reconstruir el pasado: Se ha ido (y todo se irá). Puedo recordar el olor a café molido -hecho por mi abuelo- y el trabajo dedicado que tomaba al secar cada semilla o revisar el proceso entero de aquella cosecha; pero jamás volveré a mirarlos cuando destapo el envase que tiene mamá en su pequeña despensa: Es intentar sustituir una cosa por otra.
En lo político, alguno quiso emular sus días prósperos con reivindicaciones a la justicia, cuando ese C.A.P ya había defraudado los fondos y las expectativas de tanto venezolano en su segundo período de gobierno. Lo inmediato fue pensar en una venganza y, lo más cerca, fue aquella intentona que le dio “fama” a la verruga que hoy “gobierna” y, esa misma animadversión que tuvimos por CAP la sentimos -al doble- con este falso gobierno de mentirosos… (¿Habrá terapia sustitutiva?).

Terapia de Sustitución.

Cuando se desea una mujer, no tanto por sexo, sino por la necesidad de darse a una atención o dedicar parte de la vida a otra persona, uno hace su diálogo interno y comienza su búsqueda. Puede que se tengan relaciones laborales previas que se transformen en vínculos filiales sostenibles, encuentros románticos amorosos, o en deseos meramente sexuales por conveniencias: 1) Geográficas 2) Estratégicas 3) Profesionales 4) Vocacionales 5) Sentimentales, etc. (cada quien decide) (no todo permanece del mismo modo).

Si uno se queda tranquilo con lo que tiene a sus años, si se siente satisfecho con lo que ya ha logrado, no intentará nada nuevo y no verá nuevos cambios. Si uno toma conciencia de esos vacíos, que una parte y la otra ya no está pendiente de interactuar, convivir, consensuar, lo más seguro es que las situaciones se salgan de sus manos y uno u otra establezca nuevos vínculos con “desconocidos”. Hay gente que no tiene escrúpulos, que emocionalmente tiene esa clase de adicción por experiencias nuevas y, soy testigo de mujeres que desean convivir en una relación tipo Carlos, El Chacal y esa clase de aventuras que no cesa (en la fantasía de ellos y de ellas) (es como experimentar con nuevas drogas: y las drogas matan).

Hace poquito escribí a una persona que idealiza, en demasía, lo que puede esperarse en la vida de parejas. De hecho, hasta conversando con una pariente, hallé cuán irreales suelen ser ciertas expectativas que –a los 71– la fantasía NOS inventa argumentos o sueños insostenibles. ¿Es siempre el amor la idealización de un acto del sexo? (no lo creo).

En la búsqueda de ese encuentro gratificador -con nuestro propio amor- un beso no es mejor que otro de esos besos. Uno puede innovar, uno puede recrear, pero un beso siempre es un beso. Delo aquí o allá, así o asá, un beso siempre es un beso; excepto cuando evaluamos a quien lo damos y los motivos por los cuales queremos.

El arte del amor tiene su técnica, matices, preferencias. Puede que a uno le guste ésta o aquella, pero estamos sujetos o influenciados al gusto de los caprichos de nuestra preferencia. A unos nos gustan flacas; a otros le gustan las feas (pensando que no le montarán cachos “porque hay que ponerles una almohada”…) (eso es un error y un engaño: A veces el “asunto” es peor, por subestimarlas).

Hay que ser realistas con el argumento de nuestros gustos. Uno puede sustituirlos, disimularlos o anestesiarlos pero, tarde o temprano, volverán a la superficie como un trozo de madera y, quizá –por insatisfacción o poca valoración de nuevas cosas- uno volverá a viejos hábitos o deseos, porque la voluntad está viva, porque ella es un acto regenerativo y creativo (dentro de nosotros mismos) y nadie puede avanzar sus pasos un metro, una cuadra ni kilómetros, si lo hace contra su voluntad: Esto aplica a la adicción, en la química alimentaria, a las responsabilidades del hogar y del trabajo, del amor y a las manifestaciones del sexo.

Al mirar a una persona, como “proceso sustitutivo” o para satisfacer deseos humanos viscerales o curiosidades, uno desea conocerla. Uno encuentra cantidad de cosas nuevas, dentro de todo aquello que la mente ya sabe que NOS GUSTA. Una persona, aunque no quiera, despertará curiosidad, deseos y hasta recuerdos que se creían olvidados (todos despertamos estímulos, de la naturaleza que sea). Uno no debiera compartir ese secreto. Hay gente que se ofende al saberse comparada, estudiada, revisada y -la verdad- yo también he sentido la incomodidad de la lupa + el estudio microscópico cuando mi Psico-lok me ausculta… ¿Qué hay de bueno en eso?
Uno sabe qué tipo de color de cabello o textura gusta en la chica objeto de nuestro deseo. Esto puede cambiar en ese proceso de renunciación/aceptación. Uno puede olvidar, desvirtuar o sustituir todos esos perfumes, a flor de piel, cuando las emociones se encandilan con una nueva persona, pero todo lo que ha sido “viejo”, sigue siendo nuevo en esa persona que nos recibe, ama o acepta (con una toneladas de defectos que todavía no ha visto o no ha puesto en la atención de sus cuidados: Sea para denunciar, cambiar o terminar en aceptar, también).

Ayer (*), con la suma de opiniones de hoy, entendí y transcribo la opinión profesional de una persona que me fascina: “Todo tipo de acto -sea cual sea- en la que la persona pierde su voluntad, donde se desvaloriza o se hace dependiente, es una relación destructiva, dañina, que trastoca todo: La vida, el trabajo, las demás relaciones. (laborales, familiares, sexuales, individuales, etc.)

(*) Una adolescente, en su propio testimonio, relataba a un tercero cómo se sentía al saber que el objeto de su amor la traicionaba, puesto que la chica en cuestión descubrió un anillo de compromiso, pero que no sería para ella... Aún así, comprendiendo esa desleal infidelidad, ella misma –dijo- sentía deseos de ir y abrazarlo, sabiendo que esa forma de amor (la de él) no era congruente ni justo con la chica, con el grado de esa DEPENDENCIA emocional y la voluntaria entrega que sus juveniles palabras manifestaban. ¡Me habría gustado ser joven! Me gustaría corresponder con alguien que me quiera por la persona que soy, no por lo que tenga u ofrezca.

Eso ocurre (completo) con todas las formas de adicción: Se pierde la libertad. No puede ser que estés bien, si algo o alguien te lo permite así. Dice una profesional de la mente.

Revisando mis relaciones, las de otros, debo admitir buena porción adictiva. De hecho, la “propuesta” del artículo de Shere Hite a una revolución sexual y cultural del sexo (artículo traducido por Charlie García) (no tengo la fuente original para compararla), en eso que Shere Hite supuestamente llama –sexo y derechos humanos- observo un escalón más hacia la consolidación de la dominación sexual del feminismo, la explotación sensual de la que somos víctimas ante el consumismo mercantilista y la incomunicación que tenemos los humanos, aun viviendo con nosotros y con nuestras parejas: 1) Si Ud no se siente satisfecho con su vida emocional o sexual, procurará un cambio. 2) Si Ud no satisface la vida sexual, afectiva –incluso económica- de su pareja, ésta buscará otro camino, otras tendencias y otras personas.

Moralmente fuimos entrenados para ser “moralmente” insinceros. Se nos enseñó a no llorar porque “los hombres no lloran”. Nos enseñaron a descalificar a quienes lo hacían, porque “es propio de las niñitas” y cantidad de cosas más (no pararía y debo salir). En cuanto al sexo –carajo- me hicieron racionalizarlo y, si eso era lo que quería (cosa que no creo) me incomodaron tanto, se negaron tanto y pusieron tanta condición, TÉRMINOS, que tendré que replantearme, ciertamente la naturaleza del amor que yo sí busco. Hubo (hay) matices dependientes, adictivos ¡pero qué delicia! (si era realmente comprometido y compartido). Hoy (glup) una nube negra cubre mi techo y, siendo realista, elegí una vida muy distinta al común de las personas; al punto que –si me lo plantease- sería más conveniente pensar en una call girl y hacer lo que pueda, pagar y listo: ¡Esto se lo llevó el diablo!
Todas y todos pedimos –nada damos- pero lo queremos todo y ¡más de lo que podemos dar!

Para concluir (no soy concluyente ni exhaustivo) me remito a un pensamiento, de uno de mis mensajes de texto: “Me interesa una relación PERDURABLE. Ya sé que es inapropiado decir: “Una relación de largo término” (todas tienen términos) porque todo es cambiante y relativo. Yo no quiero comprometer “lo que tengo” por lo que no tendré.”

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