miércoles, 23 de noviembre de 2011

Si estuviera


Un nuevo día me ha sorprendido esta madrugada del 24 de noviembre del 2011. Luego de un trabajito de búsqueda, de pruebas y ensayos, logré halla un convertidor de audio para media docena de canciones que SUENAN EXCELENTEMENTE bien cuando uno se conecta a la internet y si se sincroniza con el servidor de descarga (parasitando en el escaso volumen de datos que uno disponga para consumo, de lo que uno pueda tener en un modem de internet móvil). Como mi caso es de los que no tenemos ABA, que soy de los que me gusta desprenderme de la red y otras cosas, busqué cómo cambiar el formato m3u a mp3. El anterior formato es excelente y OCUPA POQUISIMO ESPACIO EN EL DISCO DURO, pero no suena ni se reproduce si uno no tiene conexión con el tracking cookie de la descarga (¿Para qué tener algo que no me sirve, ni me da autonomía? Tal es el caso de usar un reproductor barato, de esos mp3 de bolsillo).

Busqué y hallé varias opciones y me quedé con un convertidor (AIMP), luego me vi en la necesidad de restaurar -en lo mejor posible- el audio original que ya me seducía (el sonido del formato m3u, porque la conversión me desmejoró la calidad, pese a que forcé el volumen de bits del audio resultante),

Para mi sorpresa, los mp3 los mejoré bastante con el equalizaador de NERO. No suenan nítidos como en el formato de internet, pero ya soy libre de guardarlos donde me plazca, quemarlos, re-grabarlos y compartirlos) (Los restaurados no: Me costaron mucho) ¡Ja! ¡Ja!  

Ya casi terminando, me llegaron ciertos recuerdos: "¿Qué pensaría mi padre? ¿Qué estaría aprendiendo o haciendo con esta cantidad de herramientas tecnológicas?"

                                                  

Hace 20 y 18 años atrás "paríamos" para darle un sonido grato, "natural", a cada disco. Siempre habría un siseo, un ruido blanco, una basurita y algo de "hum" en cada aparato. El corrector del Dolby no se había perfeccionado y, pese a los grandes avances para reducir ruidos y señales espúreas, molestas, el gran paso dado en la tecnología digital supera a todas las bondades analógicas que se hayan pensado o desarrollado.

¿Qué haría el viejo?
¡Qué estaría cambiando y jugando?

No sólo se avanzó en sonido, sino en video juegos. Yo solía ganarle en "Batalla Naval", en aquellos viejos ATARI o PLAY STATIONs... ¿Qué haría él, si estuviera hoy conmigo?  


Es probable que, de alguna manera, yo le insistiera: "Papá no fumes, el cáncer del cigarrillo mata".

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