sábado, 7 de enero de 2012

El gato rata


No sé qué nombre le dará la dueña. No me corresponde pegarle la etiqueta ni bautizarlo en agua ni en nada ¡Él es! Tanto como yo.

Dudo que se quede.
¿Con mi mamá? ¡No creo!

Esta mañana, muy temprano, intentó fugarse por la reja de la ventana y me interrumpieron para “salvarlo” (quedó atrapado en la tela metálica y, ciertamente, conmigo es más dócil).

Anoche, sin quererlo, mi hija me informó que lo excluyeron de la sala y lo pusieron a dormir en el patio, con el perro. ¡Ja! ¡Ja! ¿Dormir juntos? –pensé para mí- Dudo que él desee a otro perro como amigo, pero ¿No quiso fugarse? Y apostaría que no durmió, que no tuvo un descanso, pero son cosas de la “dueña”…
Ayer, mientras escribía, maullaba bajo la silla e intentaba subirse en mi regazo. Lo rechacé, le hablé y traté de convencerlo de que no lo haga, pero es más terco que yo (o más bruto).



Hoy, a menos de 24 horas, hasta he pensado llevarlo a mi casa, pero este sujeto extraña quedarse sólo y, en ese sentido, no me parezco a él. Puedo pasar semanas sin ver a nadie: él no es así. Cuándo viaje ¿cómo hará? ¿Quién lo sostendrá? si no aprende a comer de lo que halle…

Mi hija y mi mamá salieron a la playa. Yo no terminaba de desperezarme a las 7 am y el gato me llamaba. Guardé todo el silencio posible y no fui descubierto, pero mi olor está en el cuarto y el gato me descubrió (para mi alegría, no se subió a la cama).

Le saludé, me siguió y vanamente quise alimentarlo ¿Qué es lo que le gusta? No toma leche, no come queso… ¡ni idea! Él lo sabrá (pero yo no). No es molesto. No llora como otros (creo que me habla) pero no le adivino (ni le atino).

Hoy, mientras escribía en la PC, se puso a mis pies e insistía como ayer. Lo rechacé una docena de veces, juguetea con las cables de la computadora y, como es tan inteligentemente astuto, sabe que cuido la salud de la máquina tanto como la suya. ¿No le pinchó un dedo a mi madre, y ella tuvo que ir al médico por antibióticos?

No sé cuántas vidas éste pequeño gato tiene, sólo sé que cedí, que lo dejé subir a mi regazo y ha dormido varias horas (como un bebé).



Me gustan los gatos, pero no por compañeros; pero a éste le he recibido (veo algún parecido a lo rata que hay en mí).
Tiene ojos verdes, sus orejas parecen dos alas de murciélagos y no está –del todo-con apariencia de famélico. Rechaza la leche, no sé qué clase de lácteos come y, quizá, lo que pide es un ratón: ¡Los buscará él?
Esta semana vi la película “Siempre a tu lado (Hachiko)”, con Richard Gere y Joan Allen (eso explica, un poco, mi vulnerabilidad). Estoy convencido que la lealtad incondicional de los animales es superior a la mía, pero no así de los gatos y no soy fanático de gatos.

Este sujeto, que parece crecer de un día a otro, no es lisonjero ni manipulador como otros (por eso me agrada). A cada palabra que le digo, me responde (sólo q no le entiendo) (posiblemente él tampoco me entiende: Me acostumbré a los perros). Sin embargo, le tomé unas fotos: Las primeras que tenga de alguno. En la familia siempre a habido alguno que otro, pero siempre les he rechazado de mi regazo (en algo estoy cambiando).


2 comentarios:

Mónica dijo...

awww.. yo amo los gatos!!! mi Mitzy ya tiene 18 y aun es una delicia... :) Abrazos!

El palacio de las letras dijo...

... Hola!!!!!!!!!!!! Amo a los miaus, los adorooooo!!!!!! ese tuyo se parece a mi Glake extraviada, casi siempre los que he tenido han sido tigritos................. Peludo como su papi jejejejeje. Gladys Urbina