sábado, 24 de octubre de 2015

Inter-conectados


Hace mucho tiempo Venezuela estaba dispersa e indiferente. Luego de Carlos Andrés y su segundo gobierno (que fue pésimo) todos nos parcelamos y dividimos, como nunca y, quiérase o no, Hugo Chávez simbolizó la esperanza que necesitábamos para re-aglutinarnos como pueblo, reencontrando sentimientos nacionales zaheridos y, esa alegría duró tanto como se hicieron patentes múltiples casos de corrupción.

Hugo Rafael no reunificó al país, sólo reunificó a los desencantados y a los marginados políticos y sociales. Hugo no construyó un nuevo país, sólo creo una nueva coalición de gente con grandes desencantos y, algunos supueron aprovechar su oportunidad para proyectarse, en lo político y en lo económico mientras que, miles, sólo fueron usados como el soporte político -multitudinario- que hacía falta para modificar la constitución y para recibir poderes especiales de la AN, antiguo congreso nacional que tenía un balance que resultó inútil cuando “la oposición”, misma que resultó resultó nula ante tales mayorías “socialistas”.

Hugo, antes de morir, sabiendo irresponsablemnete a ciencia plena cuál era su condición de enfermo, quiso asegurar el bienestar de los suyos (su familia inmediata) y el séquito de aduladores que lo seguían en sus dos períodos de gobierno. Para darle seguriada a los suyos, no al país, propuso al hombre que penó idóneo y, más que irresponsasble, su propuesta fue acomodaticia, pero no al interés nacional, sino a lo que a sus hereder@s convenía (las infantas que, todavía duermen en La Casona de La Carlota).



Pese a todo lo malo de este gobierno comunista, el venezolano y la venezolana ha vuelto a reconectarse con la realidad de su situación individual, a su situación económica, a sus intereses personales intrínsecos, a familiares y colectivos. Si su aislameitno y apatía anterior le tenían encerrado en el claustro familiar, el hambre le ha hecho salir a la calle para padecer y sufrir lo que nunca había sentido. Si su seguridad lo mantuvo bajo un seguro techo, la corrupción generalilzada lo llevó a sufrir dramas familiares y no familiares y, cuando Hugo Chávez decía que “en Venezuela no pasaba nada”, desde su agonía y muerte, cada venezolano y venezolana ha experimentado el show mediático del gobierno, los ardides de cualquiera de sus tramas políticas y -como verán próximamente- el resurgimiento del terrorismo de Estado -ese que mata a cualquiera- a fin de victimizar a los suyos, perjudicando a otr@s, con tal de seguir gobernando.

Por experiencia personal sé que, el venezolano COMÚN no lee (ni escribe mucho). Dése una vuelta por facebook o twitter y vea el “volumen” de cosas que no lee o no escribe y, en relación al estudio, a lo que hacen o dicen en las escuelas, liceos y universidades, Ud puede atinar a ver que -miles- sólo copian o repiten y, aunque NO todos sean tan parcos o poco expresivos con sus ideas, centenares de venezolanos o venezolanas carecemos de un buen vocabulario para expresar nuestras ideas y, si alguno lo hace, no tenemos tiempo para leer ni para pararles bola: ¡Somos todos tan indiferentes?

Cuando Ud o yo vamos a cada cola y somos testigos de la realidad recrudecida, cuando vemos los crímenes o la corrupción impune, la apatía se polariza y, cuando usted o yo conversamos, nos reconectamos con la realidad que vivimos, la que hemos vivido y nos conectamos con la experiencia que han sufrido y soportado los que son nuestros. Quizá no demos mucho crédito a lo que nos han contado pero, ya con menos dudas, sí creemos a nuestras vivencias y a las de los nuestros: ¡Nos han puesto la cadena para la interconexión!



En las colas, con lo que Ud o yo vemos, pudimos percibir al policía o al GN abrazándose con carajitas o “amig@s” que son metidos en su cola ¡cuando ellos NUNCA madrugaron! como Ud. 

En las colas usted habrá sido parte de la haladera de bolas para “asegurarse” un lugar o un puesto "seguro" en el que usted nunca estuvo pero ¿Cuánto tiempo lamerá botas Ud. o los suyos?

Cuando todo se acaba, con arrecheras, usted y cientos de personas vuelven a sus casas con las manos vacías… ¿Se quedará con la arrechera?



No escribiré más (hoy)… Ud sabe lo que sabe y, como entiende bien, usted sabe qué hacer, y qué está haciendo hoy: Yo sólo quise conectarme, pero no abuso del tiempo ajeno… ¡Abajo cadenas!

Gracias, por leer, la vida que se vive en Venezuela.

                                                                                          A.T.



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