martes, 10 de julio de 2012

Lamento.


Lamento que, los traspiés de la vida,
pretendan deformarte…
Me enerva que, el mal que te causen
otros, aún pueda conmoverte.
(y yo he querido -al quererte-
subsanar desvaríos).

¡Eres para amar! Y jamás olvidar.
No prometí nada y, lo que dije,
Todavía me lo cumplo.
(porque en silencio interrumpo,
este secreto que ya no es mío).

Te amaré siempre.
Te leeré hasta ese último día,
Que deseo ahora, y corra se acelere.
Te amaré, te desearé –con toda pasión-
Y no te tocaré, en lo que me quede…
Si es que puedo decir que –todavía- sea vida.

Te anhelaré, aunque jamás vuelva a admirar
y con mis ojos tocar, la delicia de tu figura,
las formas de tus pies, y lo bello de tus axilas:
Depiladas, blancas, inodoras.

¡Te hice mía! (no siendo tuyo).
¡Eres hermosa!
Y jamás comprenderé cómo alguien pudo desdeñarte,
o maltratarte. Sé… ¡Te idealicé! Sé que exageré; pero fue
a tu alma lo que vi, y a esos ojos conocí y ¡Me metí a tu vida!

Si la rencilla que tengo –esta vez contra Dios- se resuelve
te seguiré a dónde tenga que alcanzarte.
Si llego a tener, lo que sé toda tu vida quisiste,
correré hasta tus pies, me inclinaré de rodillas y,
(si queda espacio en tu vida) desde cualquier extremo,
(como casi fue aquel día) tomaré de ti lo que me gusta,
clamaré tu aceptación, y jamás iré a correr.

Me comeré tus pies… ¡A lametazos! ¿O besos?
Te comeré –en caricias- toda parte de esa piel que decidas
dejar expuesta, sin temores; porque quiero que sanes y,
si no puedo ser yo ( aunque nunca vuelva a verte )
siempre voy a tenerte, pues, tus palabras van conmigo.

No sé si esta querella, la que con Dios hoy he tenido, haya de
resolverse pronto. Pero, mientras estos ojos lean, mi vista
te pelea, porque a nadie –así- he querido.

Y, si yo quedo en ese olvido, en el que a solas me he encerrado,
que se sepa que te he amado, y si vivo… ¡Sea contigo!

Anoche te leía, como a mi afición de ahora.
¡Es un celo que te añora!
( No sabía que te quería ).

Sé que no puedo prometer nada (mis promesas son sólo mías)
Y, hasta el sol de este día, en nada te he faltado y;
aunque serpentees tus caminos, y desdibujen los maltratos,
hoy no hallo –sin ti- otro rato, que en pasar horas contigo.

Tocaste mi frente.
Besaste mi alma.
Me enredé en tus manos
¡Me llenas de calma!

¿Cómo fue que no te robé un beso?
¿Cómo no me envolviste, como una pitón?
¡No era mi momento! (pronto sanarás)
Y no hallo magia, a fuerza de un tirón.

Organizaré todo lo que queda.
Corregiré lo que me has dejado y
Aunque no tengo más razones,
Tampoco miento un desenfado.

No amo dos sentimientos a una vez.
No me permito querer a dos personas a un mismo tiempo.
No obstante, no te discrimino, tampoco me segrego.
Sólo tú das paso a quien desees en tu vida.
Igual yo, daré espacio, a quien anide conmigo.

¡Te han herido tanto!
Tanto miedo tienes, que aún no ves y,
Si mi querella se resuelve (con los recursos que hoy no tengo)
Volveré, como has dicho, pero no siempre volveré.

No tengo miedo a una vida,
Si es la vida lo que quiero.
Es la marca de una herida
Y por amarte, yo te quiero.

¡Nunca lo sabrás!
Y por amarte te he escogido.
Y aunque me siento afligido,
leyéndote te quiero.

¡Dame lo que ella necesita!
¡Dios! ¡Sánala primero!...
A esa mujer la quiero,
aunque no vuelva conmigo.

Y quiero que lo sepas: Te comprendo,
te entiendo (de ti tengo tantas cosas)
Pero en nada he de tomar ventajas y
no buscaré partido: Yo te amo.

No es un querer de ambivalencias.
No es un amor con tus temores.
No es la pasión con la demencia,
Es amar con dolor y errores.

Puedo leerte todo un día.
Y, si lo dicho es tu verdad,
en ti hallo tal bondad,
que te vuelves mi alegría.

¿Cómo evitar quererte?
(aunque somos tan distintos)
Eres un trago y vino tinto,
en los labios de un sediento.

¡Tus brazos!
Esos blancos pies
Esas hermosas axilas
¿Cómo olvidar, aquellos ojos?

Tu mirada adormilaba a la mía.
Tus palabras, tus constantes preguntas…
Me desarmaste, me invadiste.
¡Te dejé entrar! (no sé cómo salir)
Pero no voy a correr: Puedo morir así.

¿Te amo?
¿Te amo?
¡Te amo!
(y con responsabilidad lo digo).


A.T. (Secular Hermit)

¡Te amo! ¡Te amo!...
Y es mi proclama, pero no mi lamento.

No hay comentarios: