lunes, 10 de septiembre de 2012

Mi agenda

Esta mañana, como frecuentemente despierto, la querría tener a mi lado.
Puedo confesar que no caminé con ella a la orilla de la playa, pero varias veces la tomé de la mano (y estuvimos abrazados).

Puedo decir que no la cargué sobre mi cuerpo; pero la levanté para cruzar la calle, una tarde lluviosa, evitándole mojara sus pies y sus sandalias…

¿Pero hablo hoy, de ella? ¡NO! No hablo de quien tomó su decisión correcta ni de quien hizo bien en seguir o apartarse, hablo de toda y cualquier mujer que se ame (esa que pueda amar y pueda besar).

¿Qué criticaría de la siguiente generación? Demasiado apego al entorno materialista. No están mal las consideraciones que aseguren la permanencia familiar o de parejas, pero noto que se piensa más en la conveniencia que en el amor de verdad, ese que da, sin querer comprar cariños y lealtades.

¿Qué criticaría a mi generación, a los que vinimos de los años 60? Inseminamos demasiado, regamos demasiados hijos, y muchas de esas mujeres siguen prisioneras, esclavizadas (inermes) para vivir lo que les quede LIBRE de sus vidas (no todas, pero demasiadas).

Los hijos, básicamente, se irán a vivir sus vidas. No estoy de acuerdo que –para el amor- sólo se halle o se busque un espacio “cuando los niños ya se duerman”, “cuando se terminen las faenas”… ¿Por qué robarme un beso? ¿Por qué tocarse a escondidas? ¿Por qué vivir un love affair extramatrimonial?

¡No me sirve la mujer que viene a casa! (ni aquella que debo llevar a un hotel, usando lentes oscuros).

No es bueno que nuestros hijos vean la intimidad, pero, más temprano que tarde, notarán que nos reducimos y ellos harán lo que no hicimos: ¿Se casaron con la familia, con los hijos de otros esposos?

¡Madres! Uds se ocupan de tantas tareas, tanto ocuparse de cosas que siempre habrá que hacer, que el amor se erosiona, que otra mujer atiende los apetitos románticos (o sexuales) de sus esposos, amantes (y peor es nada), que luego se quejan de esas arrugas, esos pellejos colgantes. ¡Coño!

No hablaré nadie, sino por mí: Cada mañana quiero amarla (no es sólo sexo). Cada día o cada hora que tengo libre, o de ocio, deseo acariciarla, tocarla, olerla escucharla. No soy de los que mira fotos o repite videos ¡Creo a la realidad que siento! (no sólo a lo que veo) y las veo tan complicadas en trabajos, ajetreos o deudas… Es nuestra responsabilidad. Cosechamos lo que sembramos, pero los hijos siempre se van. ¿Dónde queda ese amor? (y no es que hable del que ellos merecen o necesitan) sino Del que dejamos de darnos, el que dejamos de compartirlos con las mujeres que tuvimos (y no lo hicimos).

Entiendo que Uds funcionen así (yo no). Entiendo que muchas y pocas sean románticas, lúdicas, conversadoras, verbal o escrituralmente expresivas o del modo que sean, pero soy tan distinto, que no siempre entiendo las diferencias: Quizá estoy equivocado.

Otras, cifrando sus esperanzas en fotos, explotan sus caras bonitas, pero –su corazón- ya ni expresa la nada y aguardan –un no sé qué- que ni ellas mismas saben qué esperan) o ya ni esperan) ¡No vendrá el adivino!
No puedo cambiar el mundo de nadie (tan poco hago con lo mío) pero ¿de qué se extrañan? Se esclavizaron de las tareas que ya deberían hacer sus hijos, sus hijas. En lugar de formarlos para la interdependencia, les educaron para la dependencia y, si aprendieron de la libertad, fue a expensas de lo que ustedes se esclavizan…

¡Perdónenme! (o aborrézcanme).

Yo pienso distinto. Llámenme irresponsable, indolente, pero –cuando extrañen los abrazos- (la pasión de algunos besos) bésense con los recuerdos: Ocuparse, sólo de los hijos, no está en mi agenda.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Amar un mundo

Alguien ha dicho que este año se acaba el mundo…

Si eso llegase a ser cierto, imagino que, muchos de nosotros, querría hacer algo trascendente con lo que le quede de vida ¡Ja! ¡Ja! ¿Será que nos han influenciado? ¿Será que hemos sido “motivados”, tal como la publicidad nos índice, como lo hace ella, de ese modo tan subliminal?
No tengo una respuesta concreta para nada. Imagino que cada uno estará consciente de lo que hace ¡No es mi problema! Pero… ¡Si fuera verdad?

No hace mucho pasé y me gocé de un enamoramiento. Si lo etiqueto, como algo, le diría “infatuación” (no lo sé, pero la disfruté) y, si me tocara ese llamado, la partida de la que no se regresa ¡Hoy sería un buen momento! (viví).

No obstante, como tengo por referencia, ciertas cosas no pasan cuando yo las pido, o las quiero. ¿Qué iba a imaginarme -besuqueado- en la grama del parque del Este? ¿Pasaron tantas cosas, así, antes? (estoy viviendo).

¿Qué debería hacer?

La Dra Joyce Meyer, el 26 de Octubre del 2011, publicó algo llamado “El arte de aprender cómo amar” ( The Art of Learning How to Love ). Al inicio del artículo, no tanto como prólogo, se dijo: “One of the most important facets I've learned about love is unselfishness, which in the Bible it is characterized as a willingness to sacrifice one's own wishes for those of others. I've learned that true love will always adapt and adjust to the needs and desires of other people.

Esa voluntad de no ser, para no actuar egoístamente, es una característica del desprendimiento que nos produce un auténtico amor. Ello no significa que dejemos de amarnos o de consentirnos, sino que –en lugar de buscar nuestra preferencia- hacemos que “el YO” ceda el paso, sentándose en un segundo plano: El, Ella (o el ello) puede ser primero.

Al leer mucho de su artículo, me dije: “Debo traducirlo y compartirlo”, pero –cambiando de opinión-  sólo puedo referirlo, comentarlo y, en el mejor de los casos, dejarles el link, acá: ( http://www.godlife.com/series/everyday-answers ).

Muchas personas, como Ella o Erick Fromm, dirían que es un arte (yo no lo creo) pero –estoy seguro- tenemos que aprender y aprehenderlo…

Tal como vivimos aprendiendo y viviendo, no cesaremos –tampoco- de ser seducidos al camino del amor. ¿Es malo amar? ¿Es un pecado sentirse o ser amados?

Meyer, en su escrito, insiste en testificar el modo que ella esperaba las cosas se hicieran y cómo exigía fueran hechas; así que, con el tiempo, comprendió su egoísmo y aprendió a dejar de serlo: “I learned to adapt my own needs and desires in order to help meet the needs of others.” ¿Cuántos hemos pasado por este ajuste? (o desajuste).

Como superviviente de mis afectos o deseos, he aprendido a identificar-ME cuando estoy enamorado. Sin mucho rollo, suelto mucho de lo que no cedo (no digo más) y, si les sirve de algo, Uds –también- pueden reconocerse en su situación emocional (igual que a esa persona que Uds creen les ama, por motivos correctos y no por emociones -o idealizaciones- de quienes realmente SON).
No puedo menos que recomendarles la lectura de sus libros y, como ella ha dicho, en relación al “arte de amar”: “Tenemos que ir más allá de las palabras y, verdaderamente, HACER algo que ayude a que otros satisfagan o alcancen conquistar sus necesidades” (¡Insisto! Dentro del ámbito en el que uno NO DEJE DE AMARSE, ni vulnere su integridad –ni la de otros- como simple individuo).
En ese sentido, para balancear lo que ella presenta, retomo las palabras de Jesucristo: “Ama a tu prójimo, como a ti mismo.” (No amarlos de más, no amarlos de menos) (Hay que guardar el equilibrio para no padecer ninguna clase de daños).

Viejos

Esa mañana, el ruido del agua saliendo del fregador dañado, sonaba más fresco que el molesto vecino que prolongó su festín más allá de las dos de la madrugada. No eran las 9 am y ya el calor se anunciaba como el del sol de un medio día de verano.

No había solución. La llave que obtura la salida del agua, allá en la cocina, había que sustituirla y tras, un sándwich de huevos con cebollas, la faena dominical se alteraría para colaborar con la dueña de la casa.

-¡Coño! ¿No te dije que no debías saltar la talanquera? –gritaba ella, al final de su habitación- pues, ahora te jodiste, te echaré y te joderás.
-¿Qué pasó? ¿Con quién peleas? –preguntó alguien, mientras él hacía la rosca para el tubo que serviría para cambiar la llave rota.
-¡No te metas! Es con este pero del carajo…

Esa mañana, como sucede a veces, el perro correteaba resbalando sus uñas sobre el suelo, y produciendo ese peculiar ruido de alegría y, ansiedad, a la vez.

-¡Pareces contento! –le habló al animal- ¿Vas a pasear?

Las herramientas giraban poco, mientras éste vigilaba los pasos, y lo que hacía esa mujer. Por un momento supuso que el perro era llevado al pasillo pero, al salir más allá de la puerta, al recorrer el estrecho pasillo, comprendió que algo extraño pasaba.

-¿Lo botó? –pensó para sí.

El perro no llevaba cadenas. Si hubiera le hubieran sacado, como de costumbre, ese ruido le habría sido familiar, pero no lo notó…
Se asomó por la reja de la puerta y, pese a lo que había comprendido, el puddle estaba muy cerca de la puerta donde le habían forzado a reconocer que le han echado y está más que “salido”.

Al rato, más de una hora luego, no de sus hijos le dijo:

-¡Mamá, mira! Pedrozo está aquí afuera… ¿Lo dejó en la calle? Y las llaves están pegadas tras la puerta.

No hubo respuestas. El perro no sabe qué será de él, pero no se aleja de la puerta (esa que siempre tuvo abierta).

-¿Me lo llevo y lo regalo? –preguntó, reconciliante, uno de sus hijos.
-Me tiene harta. Me dañó la lavadora, no me hace caso… (Y evito escribir el número de cosas que argumenta).
-¡Ah, bueno! Me lo llevo a la casa de Alejandra, a ver qué dice.
-¡Alejandra no tiene nada que decir! Yo soy la dueña, y ella ya tiene bastantes problemas con la perra que metió allá.

Desoyéndolo, casi sin negativas, uno de sus hijo subió -a Pedrozo- al apartamento de arriba y, mientras escribo, el ruido de sus uñas suena en el techo del cuarto en que hoy lo registro como suceso.

¿Deja un perro de ser perro?
¿No es todo su mundo lo que ella desea tirar a la calle?

Tengo la impresión, pero no la certeza...

-¡Voy a botar a esos pájaros, también!... ¡Y a los vecinos!
-¿Puedo llevarme al azulejo, el que salvó mi hermano? –inquirí, sin ser llamado a opinar.
-¿Para qué se muera de hambre, con cambures mallugados o viejos?
-¡Ja! ¡Ja! Te contradices, mamá ¿Cómo los vas a “botar” y piensas en lo mal que van a comer? Yo, por el contrario, no los dejaría en una ciudad, pero me llevaría el azulejo a mi montaña, para que se mezcle con los suyos.
-¡Esos pájaros nacieron aquí! –espetó.
-Pero los quieres echar, como a mí: ¡Pronto me iré! (pero, cuando me necesites “mamá”, siempre me buscarás) ¿No tienes años siendo así? ¡Pobre mi papá!... ¡Je! ¡Je! (por eso te dejó).
-¿Me dejó? –replicó por sarcasmo- ¡Yo lo dejé!
-¡Mamá, lo sé! –reconvení- pero me divierto en ver cómo funcionas: Eres tan… Pero nunca olvidaré las veces en que pensé ustedes volverían: Yo, a ti, tampoco te soporto y ¿te puedo cambiar? ¡Siempre puedo irme! (tú no).
-¡Bah!
-Hoy botas al perro (nunca lo hiciste) ¿Mañana qué? Hay cosas que, jamás sabrás; pero, de tus errores, siempre algo aprendí.

¡Qué bueno es leer y aprender! Qué bueno es conocer y conocerse. Agradezco a mi hermano mayor (Aby) por haberme prestado las conferencias de Pilar Sordo, en Valdivia… Todos estamos algo locos, pero el amor –como tal- no hay que encerrarlo en un manicomio del alma.

Hay cosas que siguen, como el cauce de un riachuelo, o como el torrente de grandes ríos, o como fluye dentro del pensamiento que se hunde en las corrientes de las venas.

A.T.  Petare Sept. 9, 2012-09-09

P.S.
¿La veré a sus 74?... Que vaina llegar a viejos.

jueves, 6 de septiembre de 2012

¡Te bendigo!

Te sigo bendiciendo
¡Estoy enamorado de una mujer que no me eligió!
¿Cómo puedo amar sin los medios?

Que él te dé, que cualquiera te dé,
Lo que yo no tengo ni supe dar.
Que te colmen con la abundancia de amor, o de placer,
Y bienes de dicha; pues, aunque algo tuve, no bastó lo que era para ti.
Y tú me colmaste (de este amor -que no deseo- y todavía lo transpiro).

¡Cuánto deseo que este duelo termine!
(me refiero a mi batalla; no a una competencia de oponentes, porque Dama no eres).
Sé que esa curiosidad (o capricho tuyo) no cesará hasta que te abandones en esa deriva de emociones.
Hago bien en no estorbarte -en no estorbar a nadie- y soplo aire bajo tus alas, pues,
Si truncase tu partida, si por algún medio retuviera, tendrás la incertidumbre de lo que “habría sido”, de lo que debió haberse hecho, y soy sólo otro (en otro lugar).
Y sé que cualquiera puede darte lo que buscas, lo que crees deseas; pero no será mi amor, no será esta libertad que me oprime (sólo a mí)… ¡Con sinceridad te bendigo!
¡Gózalo!
¡Disfrútalo!
Ha pagado un buen precio y, con honestidad, deseo él aprecie tenerte esos días (y que se quede contigo) (y todo lo tuyo) ¿Me hará un favor? ¿Me librará de lo que siento?
No sé cómo zafarme.
¡Pardiez! ¡Cómo me cuestas! (pero no era amor, de parte tuya).
No sé cómo olvidarte y, aunque lo estoy haciendo, te dejé entrar –tanto en mí- que me alegro de no haber tocado tu carne y no haberme fundido de ti: Sería una burla picada en cuatro (tú, yo, él y los demás).
Con todo, te bendigo.
En el fondo eres inocente, quizá tanto como yo y, en caso de culpas, yo he sido el culpable advenedizo, fui el elemento que sobraba, lo que estuvo de más, en lo que ya tú conocías.
(Hago una pausa. Tomo aire fresco y suspiro: ¿De qué me sirvió amar o seguirte amando?)
¡Te sigo bendiciendo!
Me volviste a la vida. Creí no volver a sentir, no volver a caminar henchido de sueños, pleno de buenas emociones y encarecidos deseos (pensaba darme todo).
Me diste una paz, una que pocas veces acaricio y, lo que te reprocho es esa ausencia que, más que debida a tu decisión, se debe a mi condición (y no hablo ahora de dinero) (igual querrías probarlo a él -y a otro- que te mueva la lívido).
Te sigo bendiciendo.
Respeto tu decisión ¿pero qué buscabas en mí? ¿Explorar tu curiosidad? ¿Practicar tus artes de seducción? ¿Jugaste con lo mío?
¡No lo sé!
Me parece irresponsable soplar tras la mente de quien quiere querer. Me parece una falta de respeto, hacia cualquier semejante, decirle o demostrarle –más de una vez- “me gustas” y luego desecharle como una toalla sanitaria utilizada, como a un trasto echado del camino, como una servilleta sucia…
¡Te perdono! ¡Te bendigo!
¿Cómo puedo amar sin los medios?
Hablo de dinero, hablo de tu cuerpo, y la garantía de que serías siempre mía.
¿Cómo amar, a cualquiera, sin la certeza de que su mente no anda dispersa pensando en otras personas, en otras emociones, nacidas de una lectura, de una foto, de muchas formas de interactuar?
¡Son tantas cosas!
Sin embargo, no soy ave nocturna.
Sólo vi lo bueno que hay en ti, pero lo oscuro guardaré en secreto (igual, lo hiciste conmigo) (para no herir).
No vuelo, no me elevo, ni andaré cabizbajo: Soy sólo yo.
No diré que alzaste mi autoestima, que me moviste a erecciones, porque anduve con cuidados (y no lo lamento) (perdí menos) ¿Qué diré de esos besos?
¡Sí!
Me insuflaste aire, me henchiste de dichas y nuevas alegrías, pero seré comedido para no ensalzarte (para no recordarte) y, en lugar de zaherirte, me hago bien en bendecirte: Dios te bendiga, amor de mi vida.
A.T.      Septiembre 7, 2012

martes, 28 de agosto de 2012

Stairways

自動扶梯,避免了很多工作,而他們快速完成。

lunes, 27 de agosto de 2012

Te perdono

Finalmente, he dormido algunas horas.

Este pesar –el dolor de un rechazo- comienza a convertirse y comienza a transformarse.
No tengo la elocuencia o claridad de otros días pues, además de estar algo dormido, la anestesia del dolor, no quiero que se vaya, ni se te olvide.

Hace 25 años no paso por esto y NO TE CULPO, pero quise lo supieras, lo experimentaras, y estoy seguro de que recibiste el mensaje: Siempre antes lo hiciste.

Hoy no estaré allí, para ayudarte, para oírte; pero debes seguir tu camino sola, sin repetir ese error, sin afectar a terceros y, mi propósito fue que no afectes al que ahora te recibe y te quiere: Entierra el pasado y no cargues con tus muertos ¿A quién le gusta esa fetidez?

Serás amada por ser QUIEN ERES, no por lo que hiciste, no por tus errores (y si ya no lo entendiste, no será por no habértelo advertido; sino por tu negación al cambio).

Lo que sentí, viví o no, es lo que me llevo. Agradecerte –en este momento- no tiene caso, y menos porque no he podido drenar mis emociones, mi duelo, tu preferencia y ese rechazo: Si quieres pensar lo que quieras es cosa tuya (eres libre, tanto como pienso y siento de mi parte) lo tonto sería olvidar lo que juntos aprendimos.

Yo cambié, para bien, y tu preferencia no me afectará para mal, y además, recordaré estas cosas que me duelen, los elementos que adolezco, y que el amor no es sólo sexo, sino otros aspectos que requieren responsabilidad, cuidados y atenciones, aunque ahora no pueda ser económicamente responsable y que, como hombre, no me gusta compararme con rivales ni lidiar con algunas de tus fantasías (o realidades) que no sabría hacer mías.

No puedo pedirte nada, sólo que –si así lo quieres- no cedas los espacios que no has consolidado. No hagas creer a nadie lo que no crees, lo que no sientes, lo que no harás o no darás. No cometas el error de atraer, a nadie, a tu vida, cuando no puedas dar lo que esa persona quiere o requiere. Evita los comentarios de lo que hiciste o te hicieron el en pasado (haciendo comparaciones) pero sé clara EN LO QUE NO QUIERES Y EN LO QUE TE HIERE, diciendo las cosas que deseas.

No traigas a terceros en las conversaciones de la intimidad de solo dos (es peo tuyo lo que hagas).

Ha sido maravilloso, todo y, aunque hoy deseo olvidar, el tiempo me sanará.

¡Ah! Lo olvidaba. Perdóname algún día, que yo hoy te perdoné.

P.S.
Acabo de leer algo, no sé si sea verdad, pero es algo instintivo y asertivo: Si alguien siente celos, no sólo es por un aspecto débil de su vida personal, sino porque -la otra- (por quien se los siente) da motivos suficientes para que aquella que se afecta sienta desconfianza y demande alguna corrección...

A.T.    Ago 27, 2012 4:00 am

PS

Algo que no sirve,
como el recuerdo que visita,
la palabra que transita,
siempre te dirá: ¡Te quiero!

¿Por qué seguir amando?
si el deseo murió en un brío,
es que sólo desvarío,
en lo vago de un recuerdo.

 





domingo, 26 de agosto de 2012

Carta pública a Franchesca

Aclaratoria: Crítica a la película "Los Puentes del Condado de Madison".

"Mi primer día, sin ti, no tiene referencias y, aunque no ha sido nada agradable (tampoco para ti) me parece, lo mejor.
No puedo hablar por ti -lo sé- debo olvidarte, y no voy a retirar lo que dije, pese a estos puentes que cruzamos juntos.

Las fotos (que son mías) como estos recuerdos, no pueden ser quemados y, si ellas o éstos han de consumirse que sea por sus medios propios y naturales: No forzaré otros intentos. Además, la cámara no era mía, la dicha no era sólo mía, y esa viva imagen no se borra por el enfado tuyo o los malentendidos míos.

El teléfono no me sirve a nada. Es como una pesada roca que molesta en mi cintura, como una cruz que arrastro, y no te llamaré (sé tú tampoco lo harás).

Tengo un plan de 12.000 segundos y, en lo que a comunicaciones se refiere, no siempre coincidimos hablando de terceros… ¿Puedo darte un consejo? (que también aplico conmigo) Los culpables sólo deben juzgarse en presencia del gran juez (Dios). Si vamos a señalarlos, que sea sólo en nuestro interior y no debemos invitarlos a nuestras conversaciones íntimas (más si es con un pretendiente o un nuevo amor). ¡Que los muertos entierren a sus muertos! (la última noche, también, la cagaste trayendo a ese carajo que te dio “todo” y no te dio nada) (¿Vas a cagarla en Europa?) Tu presente no tiene que saber tu pasado. Evalúa tu vida por lo que sabes DEL HOY, pero no tengas ese elemento de comparación ni un objeto a competir o a rivalizar: Si el carajo era así o azá ¿Forzarás a un nuevo amor a que lo supere? ¡Perro! Eres obstinada, creyendo que sólo tus ideas son importantes y, esa Nancy A., para nada me agrada.

Tu pasado debes dejarlo donde está (entiérralo de un todo) y mantén un mismo canal de comunicaciones: A veces, yo hablaba de Mali-Star y tú en tu canal de Quien-TV. (No te arreches, pero es verdad).

Ayer, mi primer día sin ti, no superé la prueba de la distancia.

Revisé – toda mi agenda telefónica- para saber a quien llamar o entretener mi día, pero, por no tener a nadie más, sólo hablé con algunos parientes y, en medio de sus enfermedades, me informaban de la muerte de otros familiares –que morían- y no les volveré a ver (me deprimí, más).

Al momento, ahora que lo entiendo, era como tener una fortuna, pero sin tener donde comprarme un helado en el desierto; como tener la riqueza de alguna dicha, pero sin tener herederos ni nadie con quien compartirla (y conste que no busco a nadie si estoy deprimido, pero era mi 1er día sin ti).

¡Franchesca!

La internet, ayer, sólo me sirvió para escribir un par de cosas, para leer –más- sobre el judaísmo mesiánico, y estoy seguro de lo que tú estás firme: Hay un solo Dios, eres parte de Él, pero nuestros caminos son muy distintos, en varios aspectos.

¡Jamás habría hecho lo que sugerías! Y, si de vaina hablabas en serio, ¿dónde estaría yo hoy, cuando te vayas? ¿Crees que mi cuerpo se une a otro y luego –fácilmente- se desprende y se va, como otros que se van?

¡Craso error!

El hombre que se une sexualmente a una mujer, físicamente toca el espíritu de su ALMA, casándose con ella en los cielos… ¡No lo sabré yo! Llevo la cuenta de varias separaciones, heridas, y te he amado más que todas mis referencias: No aniquilaré lo que me queda, menos mi alma.

Por otro lado, soy realista con mi presente: Económicamente no tengo autonomía y, para tenerte toda (a cualquier otra mujer) tengo que tener la solvencia de un millonario, pues, cuando quieren algo, eso trae una avalancha de cosas y, aunque no lo digo por ti (no lo constaté), lo digo por mi hija, lo digo por mi ex esposa y las otras mujeres que he conocido: “El amor con hambre no dura” y, mi casa, no es tal, sino una covacha. ¿Me basta el amor, para un solo día? ¡No! En eso soy goloso, como tú, comiéndote las migajas de una palmerita. Pero no tengo el entorno económico que sustenta el aparato de muchas cosas.

Si planifico mi mañana (el cual ya sé no será, ni será con otra) debe incluir la Partida de Gastos (como en cualquier otro proyecto): Mis hijos y los ajenos serán una carga y, si no cubro los gastos de los míos, ¿Cómo carajo los ajenos? (Este placer debe ser responsable del legado de todo tercero ido).

En lo personal, lamento haber engendrado; pero no he sido padre, en el mejor sentido de la provisión. Los divorciados tenemos que convivir con los peos de la transición de nuestra pasada vida y la incertidumbre de la “nueva”... ¡Qué vaina! (y pensar en la irresponsabilidad de otros que engendran en la mujer ajena) ¡Vade retro!

Por lo que veo hoy, más bien, debo irme preparando para lo que viene: El cuerpo no envejece en vano. Hoy puede que me levante erecto, fornido, lleno de libido, pero la vida ya está haciendo mella en los que conozco y ¿no me preocuparía que te involucraras con otro? Sea de forma platónica, emocional o física. Yo soy para una sola mujer y, aunque no soy gran vaina, mi necesidad es sólo para una y, mis divorcios emocionales han sido justificados por los motivos que van de la mano de lado y lado, de parte y parte, así que, Franchesca, quédate con el que te da techo, con el que te dio hijos, quizá te equivocaste, en los conceptos del amor: Todos fallamos ¿Cuál es el peo de otro perdón?

Yo no volvería con la que fue mi esposa, pero sí volvería con Mónica (si me perdonase) pero me jodí (como tú dices). Mi ex esposa es obstinada y jamás tuvo las cosas que sé yo necesito y, absolutamente seguro estoy, sus necesidades YO NO LAS SUPLO.

¡Franchesca! Tienes demasiados amigos, una nube de carajos que te pretenden, te insinúan cosas y yo, con las pocas amigas que tengo, no procuro nada, ni espero una esquinita para colarme por la retaguardia descuidada de sus esposos o amigos: Eso es algo que tú -cualquier mujer- debería considerar, pues, sé de tantas historias, tantas mujeres y hombres que tuvieron (económicamente) todo, pero que se lanzaron al capricho de alguna aventura, y no me gusta poner mi boca donde otro se haya metido y vaciado… (Soy bien literal).

Por otro lado, NO SOY ÍNTEGRO, mujer. 



Si en 13 años de matrimonio, una sola vez me acosté con otra, eso no me hace más fiel o “santo”. Con mis ojos he visto culitos, piernitas y pechugitas. Con mi alma he deseado lo ajeno, pero –a ti- no te sabría compartir: Soy celoso, y para esto no estoy preparado (ni quiero estarlo).

¡Llámalo religión!
¡Llámalo hipocresía!

Sin embargo (irrelevante) el cuerpo de otras mujeres ya no me interesaba, desde que te conocí (pero tú no eres libre) y yo me libero (así como de cualquier otra).

Una parte de mí –casi todo yo- quiso morir ayer, tanto como hoy; pero quiero dejarte, por escrito, todo eso que no quisiste escuchar, lo que no me dejas decir ¡Moléstate si quieres!

Nunca cedas un espacio que no tienes consolidado, que no es tuyo, y no tengas dos sentimientos a una misma vez (en eso procuro ser fiel a la voluntad de Dios y respeto a otros hombres) ¡No codiciaré nada que me sea ajeno!

MP marcó mi vida, por una debilidad en la que todos somos vulnerables: ¡Tú me marcaste con PURO AMOR! Pero no tengo lo que quieres o necesitas (y me has dejado ir) (lo aprecio y agradezco).

Cruzamos, juntos, los puentes más bellos; pero cruza tú tu continente y descubre tus verdades. Lo que está allí no puedo verlo, y lejos de mí esté este último puente.

No te diré “Adiós”, porque no soy dueño del mañana ni de este día; pero no era justo soltarte sin decir un par de cosas (en caso las entiendas o recibas) y, si de corazones rotos se trata, ¡Sí! Me lo rompiste y me auto-mediqué: Estaré bien; pero no cometas el mismo error dos veces (el carajo de allá –en el otro puente- no me importa, pero tiene derecho a ser feliz) (contigo o sin ti).

¡Gracias, Franchesca! 


Por esas horas, por esos días y, sé que al leerme, aunque hoy desearía estar muerto y llevarme lejos todas mis cosas, vívidamente, frescas, tengo que seguir confiando en la buena fe y voluntad de este Dios que me trajo a ti, el que te cruzó de un país y te llevará al lugar donde tú vas. Tengo que confiar que esto es lo que es, sin importar lo que vendrá (sea mejor o peor) pero yo no soy Dios…

Puedo correr, puedo mentir; pero toma sólo lo que es útil: Lo inútil se deja fuera y debe morir. Lo nuevo nacerá, sin el pasado"

A.T.        Ago 27, 2012