Hace
mucho tiempo Venezuela estaba dispersa e indiferente. Luego de Carlos
Andrés y su segundo gobierno (que fue pésimo) todos nos parcelamos
y dividimos, como nunca y, quiérase o no, Hugo Chávez simbolizó la
esperanza que necesitábamos para re-aglutinarnos como pueblo,
reencontrando sentimientos nacionales zaheridos y, esa alegría duró
tanto como se hicieron patentes múltiples casos de corrupción.
Hugo
Rafael no reunificó al país, sólo reunificó a los desencantados y
a los marginados políticos y sociales. Hugo no construyó un nuevo
país, sólo creo una nueva coalición de gente con grandes
desencantos y, algunos supueron aprovechar su oportunidad para
proyectarse, en lo político y en lo económico mientras que, miles,
sólo fueron usados como el soporte político -multitudinario- que
hacía falta para modificar la constitución y para recibir poderes
especiales de la AN, antiguo congreso nacional que tenía un balance
que resultó inútil cuando “la oposición”, misma que resultó
resultó nula ante tales mayorías “socialistas”.
Hugo,
antes de morir, sabiendo irresponsablemnete a ciencia plena cuál era su condición de
enfermo, quiso asegurar el bienestar de los suyos (su familia
inmediata) y el séquito de aduladores que lo seguían en sus dos
períodos de gobierno. Para darle seguriada a los suyos, no al país,
propuso al hombre que penó idóneo y, más que irresponsasble, su
propuesta fue acomodaticia, pero no al interés nacional, sino a lo
que a sus hereder@s convenía (las infantas que, todavía duermen en
La Casona de La Carlota).
Pese
a todo lo malo de este
gobierno comunista,
el venezolano y la venezolana ha vuelto a reconectarse con la
realidad de su situación individual, a
su situación económica,
a sus
intereses personales intrínsecos,
a
familiares y colectivos. Si su aislameitno y apatía anterior
le tenían encerrado en el claustro
familiar, el hambre
le ha hecho
salir a la calle
para padecer y sufrir lo que nunca había sentido. Si su seguridad lo
mantuvo bajo un seguro techo, la corrupción generalilzada lo llevó
a sufrir dramas familiares y no familiares y, cuando Hugo Chávez
decía que “en Venezuela no pasaba nada”, desde su agonía y
muerte, cada venezolano y venezolana ha experimentado el show
mediático del gobierno, los
ardides
de cualquiera de sus tramas políticas
y -como verán próximamente- el resurgimiento del terrorismo
de Estado
-ese que mata a
cualquiera- a fin de
victimizar a los suyos, perjudicando a otr@s, con
tal de seguir gobernando.
Por
experiencia personal sé que, el venezolano COMÚN no lee (ni escribe
mucho). Dése una vuelta por facebook o twitter y vea el “volumen”
de cosas que no lee
o no escribe
y, en relación al estudio, a lo que hacen o dicen en las escuelas,
liceos y universidades, Ud puede atinar a ver que -miles- sólo
copian o repiten y, aunque NO todos sean tan parcos o poco expresivos
con sus ideas, centenares de venezolanos o venezolanas carecemos de
un buen vocabulario para expresar nuestras ideas y, si alguno lo
hace, no tenemos
tiempo para leer ni
para pararles bola:
¡Somos todos tan indiferentes?
Cuando
Ud o yo vamos a cada cola y somos testigos de la realidad
recrudecida, cuando vemos los crímenes o la corrupción impune, la
apatía se polariza y, cuando usted o yo conversamos, nos
reconectamos con la realidad que vivimos, la que hemos vivido y nos
conectamos con la experiencia que han sufrido y soportado los que son
nuestros. Quizá no demos mucho crédito a lo que nos han contado
pero, ya con menos dudas, sí creemos a nuestras vivencias y a las de
los nuestros: ¡Nos han puesto la cadena para la interconexión!
En
las colas, con lo que Ud o yo vemos, pudimos percibir al policía o al
GN abrazándose con carajitas o “amig@s” que son metidos en su
cola ¡cuando ellos NUNCA madrugaron! como Ud.
En las colas usted habrá sido parte de la haladera de bolas para “asegurarse” un lugar o un puesto "seguro" en el que usted nunca estuvo pero ¿Cuánto tiempo lamerá botas Ud. o los suyos?
En las colas usted habrá sido parte de la haladera de bolas para “asegurarse” un lugar o un puesto "seguro" en el que usted nunca estuvo pero ¿Cuánto tiempo lamerá botas Ud. o los suyos?
Cuando
todo se acaba, con arrecheras, usted y cientos de personas vuelven a
sus casas con las manos vacías… ¿Se quedará con la arrechera?
No
escribiré más (hoy)… Ud sabe lo que sabe y, como entiende bien,
usted sabe qué hacer, y qué está haciendo hoy: Yo
sólo quise conectarme,
pero no abuso del tiempo ajeno… ¡Abajo
cadenas!
Gracias,
por leer, la vida que se vive en Venezuela.
A.T.
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