Hace
años (c. 1970) hubo una serie televisiva con este titulo (The
courtship of Eddie´s father). Creo era
la primera vez que vi allí al actor Bill
Bixby, a quien tomaron luego en la
película Hulk. ¿Recuerdan la trama?
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=lgODEkn015E
Un papá viudo (o soltero) que tenía la bonita amistad de su pequeño
hijo casamentero... ¿No sería por ello que, de algún modo, mi
amistad con mi hijo Josh deseaba un milagro semejante, justo cuando
me divorciase de mi ex-esposa?
Sea lo que sea, yo era un niño esos años, cuando veía la serie y,
desde luego, me encariñé con todo lo que aprendí de las emociones
de ambos y, naturalmente, también tuve la fantasía de que mi hijo
sirviera al mismo fin: Volverme a casar. Sin embargo, ¿Cómo
casarme? Si no afirmo -positivamente- cualquier aspecto deseable de
cualquier persona que se acerque a mi vida. De mi parte, estoy
convencido que:
- Sólo puedo dar lo que tengo.
- Sólo doy lo que quiero
- Sólo doy lo que me es posible.
- Y, resumidamente: La gente no para de exigir o pedir ¿Cómo saber lo que está dispuesta a dar?
No es lógico que, arbitrariamente, yo descalifique a cualquier
persona que -milagrosamente- desee acercarse a mi vida y conocer mi
soledad. ¿Qué tantos amigos conservo en la amistad de años y
décadas? ¿Qué tanto prosperará mi vida filial o familiar, si el
tiempo se me va y, por otra parte, es poca la gente que hable claro,
que no te exprese la verdad (su verdad) con sinceridad.
Alex, mi hija adoptiva, es totalmente diferente a mis hijos
biológicos... Ayer, sólo en un rato, me dijo cosas que me desarman,
no porque tema ser vulnerable o débil con ella (eso no me importa)
sino que, con sus 7 años sabe ver en mi alma y, más aún, en lo que
veo en las almas de las personas.
Ella, extrañada de mi distanciamiento de estos días, me hizo
preguntas y, tratando de explicar (más que excusarme) dio en el
clavo en esas cosas que, yo también, coincido con ella y, la verdad,
por pequeñas y grandes cosas como estas, es que no quiero morir día
a día, sino para dedicarme a ayudarla, a educarla, junto a cualquier
niño o niña que tenga esa capacidad de ver al alma por encima de la
vanidad o temporalidad de las apariencias.
“Buscando novia a papá” representa un clamor de cada niño
o niña que desea que su madre o su padre esté con la persona
idónea: La mejor posible. Representa un sueño que murió el mismo
día que murió mi padre y nunca pude hacer nada para que mamá o
papá volvieras¡n y se amaran pues, pocas veces les vi felices,
satisfechos o contentos.
Este año supe más de mi mamá y su relaciones. En diciembre 2013
supe más de cosas que, para mi desegrado, no podré corroborar con
papá pero, sea lo que sea, seguiré creyendo en el amor, en la
necesidad de amar y confiar, aunque seamos unos depredadores
sexuales, unos depredaores económicos y oportunistas de cama y cama,
porque sí creo en el amor; aunque, cada quien, ponga un precio
distinto a su cama o un precio inalcanzable a su lecho pues, el amor
no es sólo sexo y, va mucho más allá de un “polvo”, una nalga
descubierta; sino que amar es convivir con un corazón abierto,
una mente vulnerable y segura a las verdades, con cada temor (mío y
ajeno) y, a esta edad, no me queda mucho por temer o vencer y,
ciertamente, hasta puedo admitir que -mucha infelicidad e
infidelidad- se debe a las ideas absurdas que esconde cada
pareja, en particular: Si todos supiéramos lo que cada quien se
oculta, los divorcios aumentarían pero, cada persona es
responsable de sí, y de quien dice amar.
Soy responsable de mis sueños y de mis anhelos. No es
responsabilidad de nadie mi dicha. No soy responsable por la
dicha ajena y, en todo caso, puedo contribuir -en la medida de
mis posibilidades y deseos- en la dicha ajena (sin comprometer mi
vida ni limitar mi propia felicidad) (por cierto, algo muy relativo).
Joy, hace años, solía hacer lo mismo que hizo “Eddie”, el chico
de la película pero, he descubierto, que ya no me interesa volver a
casarme: Tiene un costo demasiado alto y, para colmo, ya no quiero
pagar ningún precio (nada lo vale y, lo que se compra, también
se paga y se vende).
Si pudiera dar un consejo, a las generaciones venideras (que nunca me
dieron y, si me lo dieron, nadie me explicó) diría: “Conserva
tu virginidad
para la persona que DIOS TRAERÁ A TU VIDA...”
Fui tan promiscuo, tan terco que, si alguien era especial, no la vi
y, comparado con las personas de hoy, ya sé que voy en DECADENCIA,
que un día no tendré erecciones a cada rato y, por el standard que
la vida me “exige”, deseo permanecer en el celibato, en esta
soledad (que no es sola ni aburrida ni triste) pues, más triste es
que te hagan creer “un te amo” y termines siendo otra víctima de
cualquier mentira y, cuando más sepas que amas a alguien, descubras
el engaño de años, que te han sido infiel (con cualquier hombre o
mujer) y, todo lo que puedas haber construido se vuelva abajo, porque
ya no confiaré en mí -en nadie- y, si algo me queda de vida (o por
vivir) lo confiaré sólo en Dios. Ya agoté mis recursos, dentro de
lo que parecía posible.
He conocido a otras personas que dicen buscar el bien de la madre o
su padre. He conocido hij@s proxenetas y madres o padres proxenetas
y, la verdad, todavía me asombro pues, no estamos muy conscientes de
que nos prostituimos o de que, indirectamente, prostituimos y
comerciamos con los que decimos nuestros: “¡No te cases con ésta
o éste! No tiene real...” “Cásate con aquella o aquel. Ese sí
te resolverá y vivirás una vida tranquila”. ¡Pardiez! Somos una
maravilla vendiendo “amor” a cambio de dinero.
Recuerdo, cuando niño, que expresé alguna simpatía a uno de esos
amantes que tuvo mi progenitora... Siendo más honesto, prefería
volviera con mi padre pero -de su parte- ella decidió su vida y, si
me hubieran preguntado, habría dicho: “Este sí” o “aquel no”
¿Saben por qué? Por el puto dinero conque compraron mis afectos.
Hubo alguno de ellos que tenía una moto. Hecho el pendejo, yo gozaba
cuando me paseaban o, cuando me llevaban en el auto y, al verdad
(otra también) los novios de mis tías tendrían ventajas sobre
otros varios: Si uno nos invitaba a comer aquí, otros me paseaban en
un viaje a Mérida (o alguna casa por allá). Así que -sin quererlo
o saberlo- me pusieron de chaperón, de alcahuete (proxeneta) y nadie
me lo había dicho, hasta ahora que lo entiendo. ¡Qué balls!
En el fondo, cada persona, ha hecho este papel (arréchense si les
arrecha). Puedo perdonarme por ello, puedo aceptarme por haber
pensado MAL, por haber pensado de forma egoísta y egocéntrica
pero, ello no me hace peor ni mejor que nadie... Aunque
ya no le busque novia a papá.
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