Hubiese querido publicar estas ideas en inglés, pero intento dejarlas a
mis hijos y, ni seguro esté que intenten poner atención a lo que pudiera
servirles pronto, si se ahorraran unos años. Sé que -normalmente- aprendemos de
nuestras propias experiencias, pero cuánto me aliviaría que estos carajitos se
sirvieran de la mía...
Hace mucho leí libros que hoy echo de menos. Pendejamente vendí libros
que hoy desearía tener para re-leer y, uno de ellos, es “El Hombre al
desnudo”, escrito por Desmond Morris (sólo hojeé “El mono al desnudo”).
Allí aprendí un grupo de cosas que todavía se cumplen por el carácter y la
cultura visceral de la naturaleza humana.
Vestimos conforme a la moda. NO tengo idea de quién o quiénes la
imponen, pero sé que va dirigida a esos aspectos de nuestra sensualidad más que
a la comodidad o la seguridad. En el siglo
15 una minifalda sería un delito de muerte hoy, un hilo dental, es una
propuesta visual a cada hombre que hay visto lo que hay bajo el vestido, de
forma explícita y directa y, si quieren casarse con un bonito trasero, vayan a
las playas y metan ojo (pero guárdense las manos) que un trasero exhibido, así,
no tiene dueño fijo, ni es una relación en la que puedas confiar el amor de tu
vida...
Sé que Elisha no repara en esto de “comer lo que venga”, es muy
práctico; pero Joy se hace la pendeja y ya está pelando el diente. A fin de
cuentas, lo que pierdan (o ganen) es cosa suya y, de mi parte, bien lejos vivo
de sus cosas (para que no me afecten ni yo les afecte).
No voy a negar, como hombre, que no me atraigan esas carajitas con
pantalones rotos. Esas piernas, esos muslos, parecen tener algo sabroso pero,
en medio de tanta competencia visual, sin mostrar lo que hay en el carácter del
cerebro, lo que quieren o lo que buscan, no es difícil prever que, largamente,
cambiarán de pareja, de maridos o de amantes y,
como pecaminosamente tendemos a ser promíscuos -por placer o diversión-
no sé cómo hallarán una pareja que no les sea infiel pues, la religión no es
garantía de que alguien nos sea leal y, si una carajita o una persona nos atrae
más de lo debido (en lo sexual o emocional) el vínculo erótico parece
prevalecer sobre lo que se pensaba era amor y, en cuanto a conveniencias, la
estúpidamente humana cree que la chica bonita resultará más fiel que quien haya
sufrido desengaños en la vida o la que haya aceptado el señoría de Dios en su
vida. ¿Les digo la verdad? ¡No hay garantías! Puede que se tenga temor de Dios,
puede que ganes ese amor que siempre creíste o deseaste, pero -por cualquier
imprevisto- mujeres y hombres cambian de pareja a conveniencia y mire qué pocas
son fieles (puedo decirte que conocí pocas mujeres de un solo hombre, pero
todas tienen fantasías eróticas y, para tristeza y desdicha de algunas, hay
hombres durmiendo con otras mujeres, así como algunas de ellas se acuestan con
otros “caballeros” ¡sin importar aspectos religiosos o económicos! (el vínculo
no es amistad ni amor, es simple sexo).
Es fácil entender la razón por la que damos culto al sexo: Hay placer
visceral. Puedes pasar horas comiendo o bebiendo, pero el sexo es tan adictivo
como una droga fuerte y, de hecho, el cerebro se empapa de un caldo de hormonas
alucinantes que uno siente que “vive” (cuando, en realidad, se muere). ¡Miren
ese peo! La ilusión de la eyaculación no es mayor que esos 5 minutos pero, los
problemas del sexo pueden durar años. ¿Qué tal un embarazo? ¿Qué tal una
enfermedad de transmisión sexual? Uno ni sabe con quien se acuesta. Puede que
te haga creer que ella ni él es promiscuo y, luego de ese rato, tendrás un
problema de por vida... ¡No vale la pena!
Mi hija está bonita, pero no quiere oír; sino a su actual fantasía de
que es joven y bella. Ella, como cualquier carajita, quiere más a su cámara
fotográfica que al futuro que le conviene, y les daré un ejemplo ¿Qué hace una
mujer adulta, casada, mostrándose demasiado sexy en fakebook? Digamos
que no saca una foto convencional, sino una en la que se baja la
ropa o suelta el traje de baño, dejando ver más allá de lo que el ojo normal
alcanza ¿Qué se busca? Hablo como otro hombre, como simple espectador no
puritano, porque he caído en esa misma clase de trampas.
Una mujer, con su cuerpo, palabras o actitudes puede seducir a quien
quiera. No tiene que ser bonita ni sexy para llevárselo a uno a la cama. No
tiene que ofrecer su casa, ni su cuarto ni pagar la cuenta del hotel para que
alguno quiera acostarse sexualmente con ella. Sólo basta que ella diga al
hombre (a otra mujer) que quiere sexo y lo tendrá (por eso me molesto con
algunas niñas).
Las niñas de estos días no saben LO QUE PROPONEN. A su edad, muchas
veces sin malicia, muestran toda la mercancía, lo que hay y lo que tiene
precio, sin saber que estaban a la venta ¡y con ganas de darlo TODO gratis!
(triste, pero verdadero) (a esto ya llegamos).
Ya la gente tiene sexo desde los 15-16 años. Yo, tardíamente, me
enamoré de una carajita de 16 y eso duró menos de un año y, según me parece
hoy, esas aventuras amorosas pueden durar horas, días, semanas o pocos meses
ahora. ¿Qué tal un embarazo cuando no se tiene ni techo propio? ¿Qué decir de
una enfermedad venérea? (porque ni condones usan y ¿quién les protege la boca?)
No me importa que hoy no me paren bolas o les parezca grosero. Una
relación sexual, separados de un vínculo total y completo con Dios, es la peor
cosa que uno se haga.
Les escribe y les habla un viejo pendejo de 52 años. Esas carajitas -a
mí también- físicamente me gustan; pero no son de las que se quedarán con nadie
(ni uno) si ustedes no se quedan con una sola de ellas. Ustedes “comen” aquí y
“comen” allá (se las quieren comer todas); pero esas niñas, esas chicas que
serán mujeres, también se van con cualquiera que las desee, para pasar un rato
y SON MUY POCAS las que son realmente dignas de confianza y, peor aún, USTEDES
NO SON DIGNOS DE CONFIANZA.
Hijo, cierta vez me dijiste que estabas esperando que, “llegara una
chica que te demostrara ser digna de ti, de tu amor y de la fidelidad que
guardas para una sola mujer... uno de estos días” ¡Qué sé yo! Permíteme
decirte que ellas -también- piensan igual que tú y que yo. Tienen tantos o más
sueños que cualquier hombre y, que si tú tienes fantasías o sueños eróticos,
ella también tiene cerebro para lo mismo que tú deseas.
No puedo darte una respuesta para lo que tú -a solas- decidas para ti
mismo, ni puedo darte garantías sobre lo que otra mujer, como individuo,
decidirá de sí y para sí: La garantía es que no hay garantías para nadie y, las
ventajas, son para ninguno.
Tú eres el mejor regalo que alguien pueda recibir cuando tú decidas
darte a la persona que ames. Puede que ese alguien te estime hoy y, cualquier
día de mañana, te subestime y se busque otro (u otra). No podemos predecir lo
que alguien hará, a menos que la intuición o la comunicación esté afinada a lo
que sus labios te digan o su voluntad públicamente te exprese.
No quiero que la vida se te vaya como se me ha ido. No deseo tengas que
pasar por alguna estrechez, cierta incomodidad, que deje marca o dolor durante
cada experiencia; pero caminarás tu sendero, el trecho de un dolor, como el
amor te traerá gozo, a fin de que puedas apreciar las bondades de cada regalo
que te ofrezcan, el desengaño de algún rechazo que no quieras ni pidas, en todo
aquello que Dios disponga, para formar en ti (y para ti) el carácter que
necesitas, sin importar lo seco o lo insípido del viaje que esta vida te
guarde.
No creas a las apariencias.
Hay gente que no se exhibe, pero se vende más que ropa en vidriera.
Puede que nunca la hayas visto promocionándose, pero no cesa en ofrecerse. Tal
vez la veas mojigata, quizá parezca sencilla, pero no es mujer que merezca
confianza.
Puedes saber las cosas que le gustan por las cosas que dice. Puedes
conocer a alguien por las cosas que hace, por las cosas que te dice; porque su
tesoro está en lo que le gusta y no en lo que le disgusta.
Si entras a una casa y todo lo que notas es lujo, allí se valora el
bien material. Si una persona no cesa de hablar de nombres y de marcas, lo que
gusta o está de moda (y desea poseerlo) te está diciendo qué cosas hay en su
mundo, cómo lo ve, dentro de sí misma.
Si eres campusano, dado a la vida salvaje o demasiado sencilla, no
podrás convivir con alguien 100% citadino. Si eres torpe, de poco estudio o
lectura, no podrás mantener una relación con quien añore dormir en una
biblioteca o en le aula de la universidad (aunque he oído que hay mujeres que
desean “un burro” de la cintura hasta sus pies).
No es que les guste la zoofilia pero, así como hay algunos que desean
tener dos mujeres en la misma cama, hay mujeres que fantasean -y han logrado-
tener a más de dos hombres a sus pies. No sólo en un momento de sus vidas, sino
en sus camas y sus mentes.
Tuve una amiga que me contaba cómo algunas de sus compañeras (o amigas)
eran. Cierta vez me contó que, hasta ella misma se sorprendía pues, en más de
una ocasión, en días de trabajo, las creyó que hablaban con sus esposos y, al
terminar la llamada telefónica, éstas le explicaban que era uno de sus amantes
o una de esas aventuras furtivas de un día. Hablo de mujeres adultas, de 40-50,
que tienen esposos “adinerados” e igualmente
aventureros.
La infidelidad mental o sexual no se limita sólo a la vida mundana,
también está en las iglesias. Puede que no se divulgue que pastoras y pastores
echan su cana al aire... No que sólo el sacerdote católico eche su polvo fuera
del perol, sino que evangélicos y no, también ponemos en entredicho la
moralidad y que, por desgracia, no sólo mujeres u hombres tengamos pensamientos
incestuosos o la práctica de estas cosas: El objetivo satánico es “ridiculizar”
a Dios, a la humanidad, pero ¡DIOS NO PUEDE SER BURLADO! (y nos juzgará por
todo eso).
No puedo garantizarte nada, hijo. Deseo que halles, para ti, toda la
dicha posible (yo no la he hallado). Pienso que mucho de eso está en ti para
que se lo des a una sola mujer, pero no hay modo de evitar que ella meta la
pata o ponga la “cagada”... Igualmente, no hay manera de prevenir que tú o yo
la pongamos en una acción errónea o pecaminosa, si no caminamos de acuerdo a lo
que Dios manda.
Toda mujer desea y anhela ser amada, pero lo que pide no es una sola
cosa (y ya sabes lo que cuesta). Toda persona sueña con ser aceptada como es y,
en medio de su franqueza, te dirá: “Soy así y de este modo” pero hay cosas que
no se dicen (1), que no se saben decir (2) o nunca se dijero (3).
Tal vez (no lo sé) si alguien te ama, te dirá quién y cómo es.
Humanamente, esa entrega es parcial, limitada y
-ciertamente- nadie se dará de un todo; porque no somos pendejos, no nos
haremos vulnerables a capricho de nadie y, la verdad, hasta con Dios nos
entregamos a medias (no le conocemos personalmente) (nos han dañado tanto que
tenemos prejuicios).
Hay dos extremos y un punto medio en las relaciones humanas. Hay
quienes te dirán mucho de sus familias y no sabrás nada de ellas. Pueden
que hablen mal y paja de sus hermanos o amigos, pero muy poco soltarán de sí,
de quienes son. Puede que las veas medio
“pajuas”, medio sapas, pero ni sabes la verdad total de lo que te hablan de
otras personas ni sabes lo que tratan de sacar de ti (hablan “verdades” o mentiras, a ver qué
cosas sí oyen de lo que tú ingenuamente les digas).
Hay otras personas que, en lugar de querer dañar voluntaria o
involuntariamente la imagen de su familia o amig@s, te dirán demasiadas cosas
íntimas; cosas que sólo son para confesarse con Dios o la mejor amistad de tu vida pero, como NO
LA TIENEN (y necesitan alguien así) decidieron confiarte tal “privilegio” pero,
por contrapartida, a ti no te gustan, no te interesan y deseabas sólo
echar un polvo y desaparecer de sus vidas como cualquier gallo... ¿Para qué le
distes alas, si no quieres que vuelen contigo?
No estoy seguro pero, lo que fácil viene, fácil se va.
Ya he dicho que la amistad ni el amor se mendigan. Creo que -ni a Dios-
le gustaría alguien chupa medias ni hala mecate (para ser más
exacto). Pienso que uno puede poner algo de sí para darle “parto”, nacimiento,
a lo que puede ser una buena amistad o relación pero, rogar por algo que no sea
espontáneo no es bueno.
Te aconsejo no te dejes llevar por las apariencias ni por la sobriedad
de la hipócrita modestia. Quizá es mejor oír el ruido de lo que no es silencio
a quedarse con aquello que “no moja, pero empapa”. Alguien que hace bulla,
es más fácil entender o prevenirse que aquellos (y aquellas) que nada de ruido
hacen, me parece.
Tuve una aventura con una mujer que, descaradamente, me ofreció
facilitarme las cosas con una de sus amigas. Debe ser que los ojos me
brillaron cuando vi a su amiga y, ciertamente, soy transparente a muchas de
mis emociones, me gustan las mujeres jóvenes y no las de mi edad ¿Voy a pelear
con el ser que soy? No era mi intención hacer nada de lo que me disgusta que me
hagan, sólo vi lo que vi, y esa persona estaba sentada a mi lado. No uso lentes
negros ni me escondo en fachadas (tampoco fue su celo, sino una reacción de su
descaro) ¿En qué terminó la relación?... Igual como todo lo que se va.
Estos días -por cierto- me dijo algo que podría volver a involucrarme
con su cama o la mía: ¡Lo que se va se va! (y esto me lo digo a mí mismo)
Las relaciones personales no sólo se basan en afinidades, sino en
deseos en común. Hoy puedes tener a alguien en tu vida, en tu lecho, pero si
Dios no está en nuestras vidas, esa forma de “amor” se apaga como una vela.
El amor se sustenta en hechos, no sólo en temporales deseos viscerales
o gustos que cambian.
Ustedes, carajitos y carajitas, gocen lo que gozan, pero si eso es
dicha, se les acaba: No tiene a Dios como referencia ni respeto. Muestran lo
“mejor” que tienen (por fuera) y este mundo está lleno de depredadores y
depredadoras. ¿Están seguras de que el tal es le mejor? ¿Están dando de ustedes
lo mejor que tienen de sí?
Ese rostro bonito, en un par de décadas, no sirve al maquillaje. Esos
músculos que hoy exhibes -como pavo real- se caerá como se te va a caer el que te conté cuando llegues al llegadero. ¿Te gustará ver a tu mujer con otro
hombre? ¿Te gustará que tu chica se vaya con otro, sea por dinero o por sexo?
Últimamente, veo a más mujeres buscándose a un chamito. El tabú social
ha cambiado y, en lugar de que quieran casarse hombres con mujeres, sucede lo
contrario. ¿No hay valor para ese compromiso? ¿Todo se hace por dinero? ¿Qué
estamos dispuestos a dar para quedarnos con una sola persona? ¡No lo sé! Sólo
sé que, lo que fácil viene, fácil se va. Hoy tienes juventud, mañana se te irá
y, la vida es un regalo y la llenan de maldad.
A.T.