Nunca
más cruzados brazos
Cana,
negra, blanca o fea.
Te
buscaré dónde te vea,
Como
amor en mi regazo.
Te
esperaré.
Sanaré
la herida junto a la mía.
Te
ansiaré, cual mañana busca un ocaso
Como
amor vejado, hecho pedazos
En
lo que diste a otro, y no fue mío…
Te
desearé,
Como
la noche suspira otra luna,
Como
sueños, en desnudos lazos,
Como
amor, fresco y sin rechazo,
Ávido
de ti: Mi pecho te ansía.
Mis
brazos tibios, te declaman
Buscando
tonos de alegría;
Te
honraré, como los que aman,
Hasta
ese minuto, y último día.
Te
buscaré,
Como
quien larga la espera;
En
hallar todo, de la nada;
¡Cómo
quiero que me quieras!
y
que seas tú, mi amada.
Te
esperaré, antes del fin de mis días.
Te
buscaré como la noche a sus mañanas.
Cada
minuto, que permitas,
Para
que sepas quien te ama (si tienes ganas).
Aunque
tu mundo yazga en pedazos,
Te
buscaré y no estoy vacío...
Si
tu amor se ha roto en retazos,
Sana
conmigo, sin desvaríos.
Te
esperaré
Te
aguardaré
Marchemos
juntos a otra vida:
Si
hay amor, siempre hay salida.
Te
esperaré y te buscaré…
Amar
siempre fue mi decisión.
Sí
he fallado (y me han fallado)
No
hace mella a mi ilusión.
Te
buscaré, te esperaré:
Amar
es mi decisión.
Y,
si el pasado me quitó vida,
Quizá
mañana halla emoción.
Te
deseo en la dicha y la desdicha.
Así
vivas el todo, sin apostar nada.
¿Qué
sería de uno el hombre?
Si
cada uno no viere a Amada.
Parezcan
los sueños rotos,
¡Eso
no es vida! Ni era nada.
Te
espero en la desdicha,
Cuando
estés desilusionada.
Y,
quizá, más allá,
Más
lejos que esta aurora,
Se
comprenda al decidir,
Que
el amarse no se implora.
Soñar
no cuesta nada,
Y
el amar lo pide todo.
¿Seré
yo a quién tú ansiabas?
Y
sin querer, viví a mi modo.
Te
buscaré, te esperaré,
Tras
los colores de la vida.
Te
llamaré, te soñaré;
Y
que se sanen las heridas.
¡Te
esperaré!
Como
busca el agua la tierra seca.
¡Te
buscaré!
¡Te
esperaré!
Como
el río fluye al mar.
Como
la arena rueda a su orilla
Como
el cielo sostiene a las aves
Como
la vida clama más vida.
Para
que mi sueño no sea en vano.
Te
esperaré
Te
soñaré…
Como
al rocío de cada día
Que
viste a las mañanas;
Como
el amor -en juventud-
Que
va de a poco, a las entrañas.
Te
desearé como la noche,
Desnudo,
ya sin nada;
Amor
fresco en tu regazo,
Ávido,
de la deseada.
Y
al final de mis días,
Te
esperaré si tienes ganas;
Cada
minuto, que permitas,
Para
que sepas quien te ama.
A.T. Octubre 2012 y Marzo 2013